Futbolista juvenil de Cartaginés tuvo su mayor lección al lado del cáncer 

Pero una molestia inusual en el testículo le mandó una señal de alerta. Días después, estaba realizándose un ultrasonido porque los síntomas se intensificaron.

“Me dijeron que era cáncer. Lo primero que pensé fue,qué va a pasar conmigo? Mi primera reacción fue de susto, porque todas las personas cuando nos dicen cáncer lo relacionamos con la muerte”, recuerda este joven de 16 años.

Aun con esa sensación, en poco tiempo se tranquilizó y siempre mantuvo actitud positiva.

Antes de hacerse exámenes, jugó un partido ante Saprissa, sin saber que iba a ser el último en muchos meses.

“En ese momento me dolía demasiado, al caminar me rozaba con la pierna, estaba hinchado y al día siguiente me hice el ultrasonido”.

Le dieron permiso de entrenar dos días más, lo operaron y en enero de este año empezó la quimioterapia.

Eso significaba alejarse del fútbol y apenas iniciado el proceso de recuperación, el brumoso ya soñaba en regresar a la cancha.

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La quimioterapia fue de tres ciclos, cada uno de siete sesiones. En uno de esos se le bajaron las defensas y se alargó, pero finalmente fueron entre cuatro y cinco meses.

Ese lapso fue el más difícil para Emanuel, pero al mismo tiempo el de mayor aprendizaje.

“En el hospital conocí muchas personas que con lo de uno no es nada; tenían que estar 12 horas con la quimioterapia, lo mío era nada más siete. Aprendí a valorar la vida, cada momento lo disfruto más, cada partido. A veces nos quejamos mucho”, cuenta Emanuel, quien se expresa con facilidad y sin problema por contar su historia.

Tras superar con éxito la enfermedad, este mediocampista creativo, y capaz de jugar por ambos extremos, comenzó a dar charlas sobre el cáncer testicular.

Su testimonio lo transmite mediante la Fundación Manuel Arce, la cual busca "mejorar el conocimiento sobre las causas, síntomas y tratamientos" de este cáncer, así como "ayudar económica y psicológicamente"

“Espero que este caso le ayude a muchas personas. Erick Marín fue una de mis inspiraciones, porque era igual o similar a lo mío. Me identifiqué con él, aunque nunca lo conocí”.

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Cuando finalmente le dieron de alta, en octubre anterior, el torneo estaba por terminar. Se reintegró a los entrenamientos con cautela.

La posibilidad de un partido para ese entonces era nula, lo primero era sentirse bien y luego mejorar la parte física. Sin embargo, su entrenador de ese momento, Greivin Mora, le dio la posibilidad de actuar unos minutos ante Saprissa, contra el mismo club contra el que disputó su último juego.

"Cuando entré a la cancha fue dejar todo atrás. Tal vez mucha gente pensaba que no iba volver, fue muy emotivo, todos me saludaron y me felicitaron", recuerda.

En 2018, Emanuel era parte de la Sub-15, pero en este año ascendía a la Sub-17, y aunque para ello era necesaria una prueba, lo subieron por su buen desempeño previo al cáncer.

"Aprendí a estar agradecido con Dios", finaliza Emanuel.

Su meta ahora es sentirse al 100% en lo futbolístico y retomar sus estudios en el Liceo Rural Santa Rosa, en Oreamuno de Cartago, donde cursará nuevamente el décimo año, pues debido a la enfermedad le fue imposible culminar.