Jean Scott quería ser un jugador influyente en el partido de este miércoles. Su equipo, el Sporting FC visitaba a Turrialba y él llegaba completamente decidido a marcar diferencia en la cancha, inspirado por su mamá, doña Rocío Hernández, quien el lunes recibió la noticia de que venció al cáncer.
Sporting FC se dejó los tres puntos en un duelo que terminó con un marcador de 3-4. El cuadro josefino tomó ventaja con un autogol de Daniel Alvarado en el minuto 4. En el 8′ Jean Scott consiguió su primer tanto del partido y Jaime Valderramos puso el 0-3 en el 21′.
Dos minutos después, Luis Miguel Smith logró el descuento para los azucareros y Cristhiam Lagos metió a Turrialba de nuevo en el partido al marcar el 2-3 en el 29′.
Sporting aumentó distancias con el segundo gol personal de Scott en el 53′ y Lagos hizo la última anotación del partido en el 75′.
“Apenas yo la vi que tocó la campana me propuse que mi siguiente partido lo iba a jugar en el nombre de ella, porque mi mamá es una apasionada del fútbol, yo empecé en esto por ella, porque desde niño me llevó a la escuela de fútbol y ahora todos los días hago por esto por ella, porque me lo inculcó, es la que me tiene aquí. En Turrialba pude hacer dos goles que son para ella, son un regalo de mi parte por todo lo que ha luchado, por todo lo que sigue luchando y yo hice ese esfuerzo para que ella se sintiera orgullosa de mí”, relató Scott en charla con La Nación.
Pero en ese partido, aparte de esa alegría de dedicarle su doblete a doña Rocío tras derrotar a la enfermedad, Scott también se llevó una decepción, al ser víctima de insultos racistas.
“Lamentablemente, un sector de la afición de Turrialba decidió emprenderla con insultos racistas hacía mí y hacia algunos compañeros. Tristemente hay gente todavía que cree que por uno ser negrito, gordito, flaquito, chiquitito o como sea, quieren humillarlo, pero es gente ignorante y la verdad es que sí me dolió”, mencionó el futbolista.
Y agregó: “Tengo un hijo negrito como yo y lo denuncio porque no quiero que pase por eso. Uno de los señores ahí me gritaba: ‘mono, congo, súbase a un árbol que solo para eso sirve’. Él estaba con su hija, no muy grande, de 6 o 7 años y yo pienso, ¿qué futuro puede tener una niña que escucha a su papá gritarle congo a una persona por su color de piel? Ese fue el punto gris de un partido que en realidad fue muy bueno para la gente que fue al estadio, hubo muchos goles. Pero ya está bueno y no es justo que un grupo de inadaptados quiera humillarnos a los que somos de color, es una falta de respeto gigante”.
Ante esa situación, la Junta Directiva del Municipal Turrialba emitió un comunicado oficial en el que hace público su malestar por los hechos ocurridos en el Estadio Rafael Ángel Camacho y ahí manifiesta estos cinco puntos:
1. Que da las más sinceras disculpas públicas al jugador Jean Scott, sus compañeros jugadores, cuerpo técnico y Junta Directiva.
2. Que a partir de este momento abre una investigación para identificar a las personas que iniciaron los insultos racistas.
3. Que una vez identificados se prohibirá su ingreso al estadio.
4. Que nos comprometemos a erradicar que este tipo de actos no vuelvan a ocurrir.
5. Que este servidor (Carlos Rojas), en calidad de presidente de la Junta Directiva, ha conversado con el jugador afectado y con su entrenador para ofrecer disculpas por los hechos ocurridos. El pueblo turrialbeño se ha caracterizado por ser un pueblo educado, respetuoso y de altos valores, además de estar compuesto por una variedad de razas, etnias, nacionalidades y géneros los cuales hemos recibido con mucho afecto y cariño. No queremos que estos hechos opaquen nuestra idiosincrasia.
Jean Scott le agradeció al equipo rival que lo apoyara en esa difícil situación y hace un llamado para que se le meta un gol al racismo, pero también cuenta lo que ha vivido en los últimos seis meses, desde que supo que su mamá padecía cáncer.
“Ella se veía sana y fue un ángel que le puso Dios. Ella trabaja en farmacia y llegó un médico a entregar una receta. Entre el vacilón de que iba mal escrita, él les dijo que hacía cuánto no se hacían un examen de mama y ella respondió que hace cuatro años. El señor le dio una cita, fue y ese mismo día le dijeron que debía hacerse una biopsia, porque había algo que no pintaba bien”, relató el futbolista.
Hasta que le dieron el resultado, doña Rocío decidió conversar con sus familiares.
“Para nosotros fue un golpe difícil, porque en mi casa somos mi hermana, ella y yo. No había nadie más y el tema semana a semana, en lugar de ser más fácil de asimilar, fue más complicado, porque ya venía el tratamiento. Comenzaron con una quimioterapia roja, que fue la que le quitó el pelo y le hizo ciertas manchas en la piel, pero esto nos unió más como familia”.
El futbolista se turnaba con su hermana y con una amiga de ellos para acompañar a doña Rocío.
“Intentábamos estar fuertes para que ella estuviera bien y no le puedo decir lo que sentí el lunes al verla tocar esa campana como signo de que habíamos ganado la batalla. Fueron seis meses. Al principio la quimioterapia roja era cada 15 días, luego le pusieron la blanca que era más noble, por así decirlo; íbamos todos los lunes al Hospital México, que para mí es una bendición lo que hicieron ahí por ella y la atención que le dieron, fue increíble”, citó.
Además, dijo: “Es un proceso difícil, porque hubo momentos en los que mi mamá nos dijo: ‘Estoy cansada de luchar, no puedo más’ y para uno eso es durísimo, porque uno no puede hacer nada. Es un proceso que yo no se lo deseo a nadie, pero lo que sí le deseo a las personas que están pasando por eso es la fuerza con la que lo afrontó ella, porque es un ejemplo de lucha, nunca se dio por vencida a pesar de los momentos complicados. Siempre fue a la quimioterapia y es una motivación más para mí, porque si luchó ella contra esa enfermedad, cómo no va a luchar uno en el día a día y levantarse con ganas de ir a entrenar. Ahora veo la vida diferente, porque esto me enseñó a valorarla más”.