Facundo Zabala quiere hacer este sábado el mejor partido de su vida por varias razones.
Liga Deportiva Alajuelense marcha como líder del Apertura 2019 y un triunfo le permitiría aumentar ventaja sobre sus rivales; el argentino proviene de una zona en la que el fútbol se vive con mucha pasión y por eso él siempre espera con ansias el clásico.
Junto a Adonis Pineda, Henry Figueroa y Ariel Lassiter, el extranjero de 20 años es uno de los cuatro rojinegros que han jugado completos los cuatro partidos disputados hasta el momento, pero además, no quiere fallarle a su papá, don Edgardo, quien se encuentra en Costa Rica y vivirá el partido contra Saprissa en el Estadio Alejandro Morera Soto.
“Para mí eso es una gran satisfacción que puedo tener porque siempre me siguió de chico, siempre me ayudó en todo y que me vea jugando profesionalmente era mi sueño, entonces es una motivación extra, también para él que va a vivir su primer clásico, es lo más lindo que me pasó”, manifestó el lateral izquierdo a La Nación.
El domingo pasado, don Edgardo se trasladó desde Turrúcares hasta San Isidro de El General junto a Carlos Delgado, el ángel de la guarda de Facundo en Costa Rica.
“Vine a visitar a mi hijo, viéndolo jugar, conociendo este país tan lindo en el que me he topado gente muy amable. Tengo unas tres semanas por acá y me gusta el clima, porque allá en Argentina hace frío”, comentó don Edgardo.
Recordó que en el torneo pasado, cuando no llegaba el pase internacional de Facundo y que él ya estaba desesperado por esa situación, él trataba de tranquilizarlo, recomendándole que fuera paciente porque en algún momento tendría todos los papeles en regla.
“Tuvo que esperar más tiempo del debido, pero al final se dio y hoy por hoy está jugando. No es porque sea mi hijo, pero es un chico que tiene mucha actitud, mucho coraje y no le ha pesado jugar en una primera como en este país y las cosas le están saliendo bien”, citó don Edgardo.
Al analizarlo, destaca que “es buen jugador”.
“Nosotros en la familia tenemos descendencia de jugadores. El hermano también jugó al fútbol, yo jugué al fútbol, en Estudiantes de La Plata, entonces, por decirlo de alguna forma, tiene los genes, pero de todos nosotros, él es quien salió mejorcito”.
Don Edgardo estará en el país hasta el 15 de setiembre, pero cuando se vaya, se irá tranquilo, porque sabe que su hijo está contento en Alajuelense y que además, su amigo Carlos lo cuidará tan bien como hasta ahora.
“Cuando llegaron Facundo y Renzo Reynaga, mi amigo Pablo Nassar me preguntó que si yo podía hacerle el favor de cuidarlos, que los guiara, que los ayudara y ahora los veo como mis hermanos, andamos juntos siempre y para ellos fue importante porque no estaban solos”, contó Carlos Delgado.
Hacerse cargo de los argentinos fue algo que estaba en su destino. Él nunca había hecho algo similar y confesó que extraña a Renzo, quien este semestre se marchó a Grecia con Luis Diego Arnáez.
“No le pierdo la pista, pero ya no lo veo tanto. A Facundo lo llevo a entrenar, lo llevo a los partidos o alguna situación que él tenga, ahora también ando cuidando al papá y al hermano que están aquí. Con Renzo era igual, pero estoy contento porque ya juega en Primera con Grecia y también me hace feliz que a Facu le vaya bien en la Liga, es un gran profesional”, citó.
Entre risas cuenta que al principio le costó adaptarse a los argentinos.
“Son diferentes a nosotros. A veces uno siente como que lo están regañando, pero es que ellos son así. Muy pronto nos entendimos y nos hicimos como hermanos, nos cuidamos, nos apoyamos y tratamos de hacer todo bien. Me encanta cuidarlos. Toda la vida he sido liguista y más ahora, que en la cancha está un amigo, un hermano jugando y siempre quiero que ganen. Si golpean a Facu me enoja mucho y bueno, ya estamos listos para el clásico", apuntó Delgado.