Belén.
David Ramírez tuvo una semana complicada.
Lo expulsaron el martes en el fogueo de la Selección Nacional contra Venezuela en Barinas; y este jueves, Ricardo Montero le mostró la cartulina roja directa en el partido entre Saprissa y Pérez Zeledón.
Al abandonar la cancha, Ramírez sentía una gran impotencia, una frustración, un enojo y las lágrimas eran su única fuente de desahogo.
El morado no sabía cómo calmar esa rabia, llegó a la zona de camerinos, le dio un golpe a la puerta y se sentó a llorar.
Esa expulsión no solo afectó al futbolista; también golpeó a todo Saprissa, según confesó el asistente técnico Víctor Cordero.
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"David es un muchacho que se está esforzando mucho, que está entrenando muy bien, que en partidos anteriores había tenido muy buenas participaciones y lo que le ha sucedido esta semana es parte de la experiencia que debe estar viviendo en algún momento un jugador", expresó el exdefensa.
"Nadie lo espera, ni nadie lo desea, pero estamos tranquilos, sabemos que es un muchacho valiente, que tendrá que sobreponerse y aprender una vez más de las experiencias que brinda esta profesión del fútbol", citó.
Y agregó: "Es duro, es fuerte y a todos nos golpeó porque son situaciones inesperadas, pero habrá que sobreponerse, levantarse, darse cuenta de que son situaciones que se dan y que pueden ser corregidas de cara al futuro".
Tras la derrota de la S contra Pérez Zeledón, el técnico morado Carlos Watson afirmó que la expulsión de David Ramírez le había parecido una injusticia y también reprochó que en la jugada en la que Juan Bustos Golobio se fracturó el peroné ni siquiera se pitó falta.