Enio Cubillo revela el secreto de gramilla alajuelense para soportar partidos y torrenciales aguaceros

Después de mucho tráfico, la gramilla híbrida del Morera Soto tuvo 10 días de reposo y de nuevo entra en un periodo de descanso hasta el juego de Alajuelense contra Jicaral

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

La gramilla híbrida del Morera Soto superó una prueba exigente en los últimos días. El viernes pasado llovió de manera torrencial en Alajuela y la cancha no fue problema para que se desarrollara el partido entre Alajuelense Codea y Dimas Escazú, con debut de Shirley Cruz y victoria rojinegra 7-1.

36 horas después, ahí mismo se dieron cita Alajuelense y Cartaginés, en el partido que quedó 1-1.

Enio Cubillo, quien es el responsable del mantenimiento de las gramillas de la Liga, dijo en entrevista con La Nación que en el último mes calendario, el reducto manudo albergó 10 partidos oficiales y unos 18 entrenamientos, por lo que el césped ya necesitaba reposo.

— ¿Cómo ha sido la respuesta de la cancha?

Tenemos buenos resultados, como este domingo, más después de lo que sucedió el viernes por la cantidad de agua, que jugó Alajuelense Codea contra Dimas Escazú y que tenía que ir bien para el domingo.

A mí en lo personal no me agradó la cancha para el partido de la Selección Nacional, pero mucho fue consecuencia de la cantidad de juegos y de la cantidad de entrenamientos que hubo en esa época, que en nueve días hubo seis partidos oficiales y doce entrenamientos. Mucho es consecuencia de eso, no sé incluso si llamarlo una mala planificación, con respecto al calendario de partidos, porque una cancha necesita reposo, más en temporadas como estas, donde tenemos una cantidad de lluvia considerable.

— ¿Cuánto ayudó ese reposo?

Tuvimos diez días y ahora otra vez tenemos quince días hasta el próximo partido contra Jicaral. Ya en estos diez días pasados todo lo teníamos coordinado con la gerencia y con el director técnico de que habría un único entrenamiento y el partido de Alajuelense Codea, porque queríamos darle reposo a la cancha.

A veces la gente se ríe o cree que es mentira, pero el césped se estresa porque es un ser vivo y necesita reposo, que se le dio y que se le dará nuevamente.

La seguidilla de partidos hizo que tal vez en un momento no se viera en las mejores condiciones, a pesar de que siempre se pudo jugar el encuentro, de que nunca hubo una suspensión y ni estuvo en veremos que se pudiera realizar algún partido.

— Con la cantidad de lluvia que cayó el viernes, la cancha respondió bien. ¿Es por los drenajes?

Hay algo que hay que dejar claro. La gente habla de que si hay drenajes o no hay drenajes, que si son buenos o son malos. Los drenajes de todas las canchas son buenos, ellos tienen su tiempo para filtrar y evacúan el agua, pero hay que recordar que en las canchas naturales nosotros tenemos cerca de 20 centímetros de arena y lo importante para lograr un resultado como el del viernes, que se pudo jugar, es el mantenimiento cotidiano que se le da a una cancha para que responda a precipitaciones como esa.

— ¿Qué es el mantenimiento?

La constante aireación (mediante perforaciones al terreno), que no se hace una vez cuando termina el torneo. Nosotros por ejemplo, aquí en el Morera hacemos aireaciones cada 15 días en esta temporada de lluvias porque sabemos que la precipitación es muy alta y que no podemos correr el riesgo de que se suspenda un partido o que no estén las condiciones necesarias.

— ¿Le llama la atención que ahora los aficionados hablan de canchas, de drenajes, que hay discusiones en redes sociales por eso?

Muchas veces eso es culpa de uno mismo por competir. Ahora nosotros estamos enfocados en que los jugadores y el equipo tengan las mismas condiciones en el terreno de juego, independientemente de si hay una cancha mejor.

Ya no vamos a decir cuál es la mejor, al final de cuentas yo creo que está a la simple vista. Hay más desconocimiento con respecto al manejo de canchas, porque a veces dicen: ‘esta tiene mejores drenajes’ y al final de cuentas lo que sucede en el fútbol nacional, que no ha pasado en una, sino en cuatro o cinco canchas, no es un tema de drenajes, es del mantenimiento cotidiano que tienen las canchas.

En esta época necesitan mayor aireación, no es una vez perdida. No es hacerle una aireación porque sucede un evento, porque si una cancha se empoza, no se empozó solo el día del partido, no es que solo ese día llovió.

Es un tema del día a día, de conocer la cancha, de estar aquí. Yo entiendo a la gente con ese debate de quién tiene la mejor, quién tiene la peor, pero nosotros nos enfocamos en darle al equipo las mejores condiciones y preocuparnos para que cuando los futbolistas salgan al terreno de juego ya sea un asunto de ellos y no que tenga la cancha que ver en cómo se tramita un partido.

— ¿Cómo se prepara la cancha para las semifinales y lo que viene?

Tenemos un poco más de espacio, porque luego los partidos serían semanales; ya no hay tanto trajín.

Tenemos que ver el calendario del equipo femenino porque ellas ya pertenecen a Liga Deportiva Alajuelense y nosotros queremos darles todas las condiciones necesarias cada vez que jueguen, las mismas condiciones del equipo masculino de Primera División. Para eso, necesitamos coordinar bien.

Esto es un tema del mantenimiento cotidiano. Ya cuando termina el torneo hace uno trabajos más agresivos, pero la cancha sí necesita tener descanso, tener aireación constante para que el agua no se empoce y que podamos solventar estos tiempos de lluvia. Ahorita en las etapas finales también ya vienen siendo a mediados o finales de noviembre y en diciembre, que esperamos que ya baje el tema de las lluvias.

— ¿Todos los días se le hacen trabajos a la cancha?

Hay veces que le damos un poco más de descanso a la cancha, que no le hacemos nada en dos o tres días, cuando tenemos esa ventana de tiempo. Cuando no, hay que hacerle algo.

En los 10 días anteriores que tuvimos tanto tráfico con el Preolímpico, el juego de San Carlos, el juego de la Liga, el juego de la Selección Mayor fueron diez días en los que no hubo descanso por los juegos, por los entrenamientos, por los reconocimientos y dio al traste con que tal vez tuviera la mejor imagen en los partidos, aunado a la lluvia.

Pero sí, todos los días nosotros hacemos trabajos, aplicaciones y tenemos un plan de acción, donde inclusive ya nos estamos preparando para el próximo partido ante Jicaral.

— En redes sociales la afición pregunta mucho por qué se levanta el césped, ¿qué se puede explicar de eso?

Hay muchos factores y el primero es la humedad que tiene el terreno de juego, que es algo que hemos estado controlando con el reposo y en estos días con la aireación. El exceso de humedad hace que la raíz y la planta no tengan ese equilibrio entre aire y agua que debe de tener para que sea completamente estable.

Claro, ahí es donde viene ya la ventaja del híbrido, que nosotros no condicionamos un juego a situaciones de esas y cuando el césped se estresa, su manera de mostrarlo es siendo un poco más frágil con respecto a la tracción de un jugador, pero son cosas que irán mermando con el descanso que se tiene y con los tratamientos que se están haciendo.

— ¿Cómo están las canchas del Centro de Alto Rendimiento en Turrúcares (CAR)?

Las del CAR están en muy buenas condiciones. El equipo se entrena todos los días allá, todas las divisiones menores también. Son canchas de entrenamiento, entonces tienen una visual totalmente distinta a la de un estadio por las condiciones que lleva, de que es un partido oficial, que son 90 minutos televisados, a la de un centro de entrenamiento donde hay trabajos de fuerza, de tracción, que desgastan ciertas zonas mucho más, porque son trabajos repetitivos.