Redacción
Ante la crisis económica que golpea a Cartaginés, un grupo de empresarios encabezados por Fernando Alvarado, gerente de la empresa de agroquímicos Rimac, y Carlos Macaya, vinculado al negocio de los lubricantes con Castrol, presentaron una propuesta para sacar al club de sus problemas financieros.
Alvarado se reunió con la directiva blanquiazul el lunes anterior para darle a conocer un proyecto en el que asumirían las deudas de los brumosos, pero a cambio de dos requisitos fundamentales: el primero eliminar la actual sociedad anónima deportiva para que el equipo vuelva a ser asociación deportiva; el segundo, que se constituya un fideicomiso para que administre la institución.
"Primeramente darían un buen aporte económico que sería un gran respiro a modo de préstamo sin pagar intereses, pero la condición que ponen es que Cartaginés deje de ser una sociedad anónima deportiva y vuelva a ser una asociación deportiva como antes. Además, pedirían que se haga un fideicomiso en el que ellos fijarían las reglas para las inversiones", señaló Otto Patiño, secretario de la directiva centenaria.
La dirigencia quedó muy a gusto con el planteamiento, por lo que convocarán a asamblea general extraordinaria, ya que este tipo de decisiones solo pueden ser tomadas por los socios.
"La propuesta que nos presentaron es muy seria y está respaldada en un empresario de mucho éxito como el señor Macaya; eso nos pone muy tranquilos y nos da esperanzas. Ahora serán los socios los que decidirán sobre las opciones que se tienen", agregó Patiño.
Alvarado, gerente general de Rimac, agregó que su propuesta es solo fiscalizar y no hay ningún interés de su parte ni de los empresarios de la provincia que representa en administrar el club u ocupar cargos en la directiva.
"El tema obedece a una situación sentimental porque Carlos Macaya es nieto de uno de los fundadores de Cartaginés. No estamos pidiendo ninguna silla, queremos ser una comisión de apoyo y fiscalización y eso va a requerir cambios fuertes en la estructura de la institución", manifestó Alvarado.
El proyecto tiene un plan ambicioso a mediano plazo, en el que construirían una ciudad deportiva con un nuevo estadio para el club, canchas de entrenamiento, piscina y otras áreas de recreación, algo que es muy factible, según el empresario.
Por su parte, Macaya aseguró estar dispuesto a respaldar una solución que sanearía las finanzas de los blanquiazules.
"Me hablaron sobre la idea de reunir a un grupo de empresarios para ayudar a Cartaginés y manifesté que estaba anuente a sumarme al proyecto", dijo el inversionista.
El interés de este grupo se suma al del comerciante Roy Rivera, quien hace dos semanas también se reunió con la directiva de Cartaginés y se encuentra analizando los estados financieros del club para plantear su propuesta.