Cartago. Desde que regresó de Noruega y se reintegró a su equipo, Club Sport Cartaginés, Randall Chiqui Brenes ha mostrado su efectividad en los lanzamientos desde el punto de penal.
Desde entonces, Randall ha cobrado 13 penales consecutivos y en las 13 ocasiones ha acertado en las redes adversarias.
Ayer no fue la excepción. Luego de que el zaguero saprissista Gabriel Badilla incurrió en una falta dentro del área, cuando se abalanzó sobre Carlos Johnson, el Chiqui se situó frente a la pelota, ignoró a Víctor Bolívar, quien intentaba distraerlo, y clavó la esfera en el ángulo imposible para el guardameta, al minuto 27.
Ayer estaba exultante. “Veníamos jugando bien, pero no se nos daba el triunfo, solo empates. Por eso esta victoria nos da mucho ánimo para seguir en una buena racha”.
Consultado sobre la forma en la que concretó la segunda anotación, que significó la victoria brumosa al final del juego, confesó que fue una acción “a puro coraje”.
“Cuando nos anotó Centeno y solo faltaba un minuto de juego, me dije:‘ ¡No puede ser! ¡Cómo vamos a empatar otra vez!’
“Observé a Carlos (Johnson) cuando hizo el saque de banda; esperé detrás de Badilla (Gabriel) y por dicha logré pegarla.
“Lo grité por todo lo alto. Ese gol nos hacía justicia, pues habíamos hecho mucho mérito para ganar.
“Además, fue el gran premio para nuestra afición, que siempre nos ha apoyado, en las buenas y en las malas”, confesó el delantero.
Su gran actuación de ayer también resultó del propósito que se hizo el habilidoso cañonero, luego del partido que su equipo empató ante Pérez Zeledón.
“En ese juego tuve varias oportunidades claras y no se me dieron; entonces también pensé que eso iba a cambiar contra Saprissa.
“Derrotar a los morados es siempre una gran satisfacción y, sobre todo, un motivo para creer más en lo que estamos haciendo. ¡Queremos más, mucho más!”