Daniel Fajardo Somarribas se compromete a convertirse en el orgullo de todos los que crean en él y que le tiendan una mano para hacer realidad su sueño.
Él es un niño de 11 años que nació con espina bífida, que encontró en el atletismo su gran pasión y que no se cambia por nadie, tras enterarse de que el equipo de sus amores, Alajuelense, lo impulsará a convertirse en un multicampeón.
Esa es su consigna, luego de que un día soñó que había ganado una medalla de oro para Costa Rica en unos Juegos Paralímpicos y que en la ceremonia de premiación se entonaba el Himno Nacional.
Daniel tocó el corazón manudo, luego de una conversación en el Hospital Nacional de Niños.
“Él es paciente de la jefa de Medicina 4 que se llama Ana Laura Jiménez y que es muy amiga mía. Ella me comentó que el chiquito necesita un patrocinio que le pueda ayudar porque es muy bueno en esas carreras y que la sillita con la que estaba compitiendo tenía alguna condición que hace que se desvíe y que cuando él volvía a enderezar para la carrera, perdía minutos”, relató la doctora María Luisa Ávila.
Apenas le dijo que el niño es 100% liguista, la exministra de Salud le respondió que la tarea estaba muy sencilla, porque iba a llamar a un par de amigos.
“Pensé en Fernando Ocampo, que aparte de ser un buen amigo, es una persona muy sensible con estos temas y también Roberto Thompson (exalcalde de Alajuela). Los contacté e hicimos una reunión en el hospital con la mamá y con Daniel y ellos junto a Ferlin Fuentes (periodista de la Liga) quedaron encantados con la actitud del chiquito”.
La doctora Ávila contó que Daniel es un niño muy valiente, con muchas ganas de seguir en el campo deportivo y que al conocerlo, la respuesta del presidente de la Liga fue que les encantaría ayudarlo.
“Lo invitaron al estadio, estuvo en la gradería con los papás, habló con los jugadores y la buena noticia es que en estos días viajan a Estados Unidos para que le preparen una silla con las medidas de él y que pueda seguir compitiendo”.
Ahí, ella notó que cuando se juntan los deseos de colaborar, las cosas fluyeron rápidamente.
“Estoy muy contenta al ver que pude aportar un granito de arena al hacer los contactos entre la familia de Daniel y la Liga y eso que yo soy saprissista, pero dejé a mi equipo de segunda opción. Si no lo lograba con ellos, entonces le iba a decir a la gente del Saprissa, que estoy segura de que también hubiesen ayudado, porque son muy conscientes de la importancia de motivar a estos niños deportistas, sobretodo porque son niños con condiciones especiales”.
El valiente atleta tiene mucho músculo en los brazos, lo cual le permite subirse a la silla y elevarse.
“Vamos a ayudarlo para poder comprarle un triciclo y que él pueda competir con todas las facilidades, con un triciclo profesional en el atletismo. Él va a ser el estandarte de la Liga Run que será el 9 de junio y ojalá que todos nos unamos y ayudemos para que esto pueda ser una feliz realidad”, expresó Ocampo.
La historia de todo un campeón
“Dani nace con una malformación en la médula espinal, yo me di cuenta de esa malformación cuando estaba embarazada, a los seis meses. Los doctores me dicen que Daniel viene con una malformación que se llama espina bífida mielomeningocele y yo sentí que me estaban hablando en chino, porque no entendía”, comentó Gabriela Fajardo, la mamá del valiente atleta.
Apenas le dieron esa noticia, ella comenzó a investigar.
“Fue horrible para mí enterarme de todas las cosas que pasaba una persona como Dani. Cuando él nace yo ya estaba preparada psicológicamente, dentro de lo que cabe, para el impacto que significa tener a una persona con discapacidad en la casa en ese momento, porque ahora yo no lo veo como antes”.
Pero ella misma se llenó de fortaleza para ser el sostén de su bebé. El susto que tenía al inicio se convirtió en amor y en este momento lo que siente es orgullo de ver que su retoño es todo un luchador.
En sus primeros dos años a Daniel lo operaron siete veces y aún está a la espera de otra cirugía.
Todas esas visitas al quirófano son con el propósito de intentar que este niño oriundo de San Ramón tenga una calidad de vida mejor.
“Él venía con malformaciones en las piernas, en el intestino, en vejiga, no se sabía si iba a poder caminar. Con el pasar del tiempo me dijeron que la lesión era muy alta y que él no iba a poder caminar, pero nosotros siempre intentamos darle una vida como la de cualquier otro chiquito”.
Recordó que como él no podía gatear, en su casa inventaron un carrito que se asemeja a una patineta al ras del suelo.
“Él apoyaba las manitas en el piso y con las llantas iba por toda la casa y aunque no gateaba, si podía explorar así como cualquier otro chiquito. Desde entonces se le veía la felicidad por andar muy rápido, es siempre muy activo, no tiene discapacidad cognitiva, entonces siempre ha sido muy chispa”.
Con ese carrito, sus familiares lograron que tuviera las mismas oportunidades que los demás, porque ya él podía hacer más cosas.
A los tres años le donaron una silla que ella describe como gigantesca y demasiado pesada.
“Nosotros no sabíamos y pensábamos que era una silla lindísima. Nos llegó el contacto de Manuel Rodríguez y él me dijo que tenía una silla pequeñita, que nos la regaló y nos invitó a correr”, recordó.
Daniel y sus papás creían que se trataba de dar una vuelta pequeña y fueron a Terramall, donde habían quedado de verse.
“Mi hijo tenía unos días de practicar en la sillita y llegamos, nosotros pensábamos que en 200 metros o 400 metros ya se iba a devolver y qué va, ese día hizo cuatro kilómetros. Si usted hubiera visto cuando llegó Daniel diciendo que era muy fuerte y que era un campeón, llegó tan feliz que nosotros vimos que eso era lo que a él le gustaba”.
Luego se fue a La Candelaria y como estaba tan pequeño, cuando se cansaba, el papá lo empujaba.
“De Estados Unidos nos mandaron otra silla, pero corría con una silla convencional que no era para correr y una señora de allá nos mandó un triciclo, que es el que ha usado en los últimos años, pero es muy grande y Daniel es mucho más pequeño. Él no queda bien colocado en el triciclo y cuando ellos reman necesitan que la silla vaya recto y esa se va de lado”, relató.
Gracias a las gestiones de Alajuelense, ellos cuentan los días para viajar a Atlanta.
“Allá se le toman las medidas y se espera porque cuando el triciclo esté semimontado hay que tomarle las medidas otra vez para ver si encaja bien, porque la pierna derecha sí la dobla toda, pero la pierna izquierda se la quebró tres veces y se le hizo un callo muy grande”, apuntó doña Gabriela.
“Él no siente las piernas y cuando era más bebé se arrastraba por toda la casa, se quebraba la rodilla, no nos enterábamos, hasta que se ponía hinchada, morada, enorme, íbamos al hospital, le ponían yeso, se le caía y se le hizo un callo tan grande que le cuesta muchísimo doblar la rodilla”, explicó.
Esa condición implica que hay que hacerle un dispositivo especial para que él logre poner esa pierna.
Talento y futuro
A sus once años, Daniel ha participado en 53 carreras desde que comenzó en 2011. Por temporada, hace entre diez y once eventos.
“Él entrena, el entrenamiento tiene que tener una meta y generalmente la meta es la carrera que va a hacer, entonces él sabe que se prepara para la carrera”.
Durante mucho tiempo corría de forma recreativa, entonces las distancias eran las que él quisiera hacer.
“Cuando quería que lo empujaran se empujaba y ahora es diferente, lo entrena un muchacho que se llama Daniel García y para él también es un reto porque entrenadores físicos para atletismo con discapacidad en paralimpismo es limitado, y lo ha hecho de buena manera, porque hasta la fecha, Daniel nunca se ha lesionado”.
Este alumno de quinto grado anhela tener ese triciclo cuanto antes para entrenar y correr, porque sabe que el otro año podría ir a los Juegos Escolares en Brasil y a torneos en Estados Unidos.
“A los 14 años ya podría comenzar a competir a nivel profesional, tiene once, entonces sentimos que es un buen tiempo para que se vaya preparando para cuando compita a nivel profesional, que ya estaríamos hablando de Juegos Paralímpicos”, citó la mamá.
En una semana, Daniel va a la escuela tres días por la mañana y dos por la tarde. Según su horario, se acomoda para ir al gimnasio a efectuar ejercicios funcionales que le permiten fortalecer zonas específicas como el tronco, lo cual le sirve para correr y mejorar su salud.
¿Cómo ayudar?
Conscientes de que al ser un equipo de fútbol tienen una responsabilidad social, en Alajuelense estrenan en su remozada página electrónica una sección que se llama ‘Manudos a la obra’, con el fin de que tanto el club como sus seguidores unan esfuerzos para aportarle algo más a la sociedad.
La meta de la Liga es regalarle un triciclo a Daniel para que él pueda competir a nivel profesional, como lo hacen figuras de la talla de José Jiménez o Laurence Molina.
En lda.cr el aficionado puede cooperar en la causa por medio de donaciones, con montos establecidos: 1.000 colones, 3.000 colones y 5.000 colones.
“Al donar cualquiera de estos rangos, el aficionado podrá participar en las rifas de impresoras multifuncionales que fueron donadas por Coresa. Además se rifará una camisa de Porfirio López y otra de Alex López. Quienes donen 5.000 colones, aparte de participar en ese sorteo obtendrán dos entradas para ir al cine, cortesía de Cinépolis y podrán acumular Ligacoins canjeables en LigaStore”, citó Fernando Ocampo.