Estar contra las cuerdas y en un momento de apremio no es algo nuevo en la historia de Liga Deportiva Alajuelense.
Tampoco es exclusivo de este tiempo de sequía que arrastran los manudos desde la última vez que alzaron la copa de campeones, en diciembre del 2013.
La situación actual, con un marcador adverso de 2-0 en la fase final ante Saprissa y con la soga al cuello, le trae recuerdos al extécnico manudo Marco Octavio de Cerqueira.
Desde Río de Janeiro, el brasileño no da por muerta a la Liga y se le viene a la mente aquella experiencia que vivió en octubre del 2009, cuando el entonces presidente manudo, Jorge Hidalgo, le lanzó un ultimátum previo a un clásico en Tibás, una especie de amenaza directa de que si Alajuelense no clasificaba, él se quedaba sin trabajo.
Aquellas fuertes palabras las tomó como algo natural del fútbol, porque estaba muy claro de que todos los entrenadores dependen de resultados. Hoy, casi 11 años después, también lo considera como algo normal.
“Ese clásico fue lindo, fue muy bonito en Tibás, inolvidable. Yo agarraba en ese momento un equipo muy joven, con Kenner Gutiérrez que todavía juega, con Cristopher Meneses, estaba Marco Ureña, Luis Miguel Valle, Diego Estrada, muchos jugadores jóvenes que estaban en proceso y nos fuimos para Tibás con una presión que es normal en un equipo grande”, relató De Cerqueira a La Nación.
Wálter Centeno jugaba en Saprissa y Keylor Navas defendía la puerta morada.
“Ganamos ese día por 2-0 y antes, en el Morera, ya les habíamos ganado 3-0. En aquel momento había en la Liga mucha presión por dos temporadas malas, un gerente en el momento que quería tornarse entrenador. Lo bonito fue el resultado, en un marco inolvidable y de alegría para todos los liguistas”, recalcó.
Ese primer clásico en Alajuela se disputó el 26 de setiembre de 2009 y los goles manudos estuvieron a cargo de Argenis Fernández, Cristian Oviedo y Pablo Gabas; mientras que en el Ricardo Saprissa, el 25 de noviembre de 2009, la Liga se impuso con dardos de Ariel Rodríguez y Diego Estrada.
Hoy las circunstancias son diferentes, porque se trata de una serie de ida y vuelta, en la que los rojinegros son los obligados a forzar a una gran final, porque de lo contrario, los morados serán campeones sin final.
Según De Cerqueira, el reto es complejo, pero no descarta que ocurra el milagro rojinegro.
“¿Por qué no?, claro que sí, sí se puede, la Liga sí puede”, manifestó el brasileño.
Y agregó: “Obviamente el panorama de la Liga es difícil, pero no imposible, yo me pongo como entrenador en este momento y apuesto a la fuerza mental, porque Alajuelense es un equipo grande, es un equipo vencedor y hay que tener actitud en todos los minutos del partido. Son partidos de 95 minutos”.
Según él, Andrés Carevic tiene que preparar una estrategia con mucha inteligencia.
“Debería dividir todo en tres periodos, porque la Liga con dos o tres goles ya está todo igual. Alajuelense debe comenzar de una forma muy intensa, con los primeros 30 minutos muy intensos para intentar hacer el primer gol. Tiene que jugar con bastante criterio, con bastante inteligencia para alcanzar sus objetivos. Yo sé que si se juega de esa forma, las cosas saldrán bien y la Liga tiene toda la posibilidad de revertir ese panorama”.
De Cerqueira se dio a conocer en Ramonense y luego duró poco tiempo en Alajuelense. Había llegado acompañado del preparador físico Norton Cassol.
“Fueron etapas memorables, de mucho crecimiento personal, donde estuve en un país maravilloso, estuve en un equipo como la Liga que es fantástico, una ciudad muy productiva. Pienso que Alajuelense marcó mi vida y la de mi familia de una forma muy fuerte. Tengo grandes recuerdos, memorias inolvidables, mucha gratitud por esa oportunidad de ser entrenador de un equipo que entonces tenía 90 años”, citó.
Además, dijo: “Me siento en deuda con la Liga, porque quería hacer cosas mejores en torno al equipo, que fuera campeón nacional y que fuera un exponente internacional más fuerte, con proyectos grandes. Tengo mucha gratitud y a mí me da mucha felicidad haber pasado por este equipo”.
Cuenta que la vida de entrenador es un poco extraña y que a él le hubiese gustado quedarse un poco más en Costa Rica.
Después de dirigir a la Liga, Marco Octavio de Cerqueira regresó a Brasil.
“Surgió una oportunidad de trabajo en un equipo del sur de mi país, después me fui al mundo árabe. Pasé a Vietnam y fue una aventura fantástica. Fui a Bielorrusia. En los últimos siete años estuve en Irán, un país de una cultura muy diversa y con grandes momentos de aprendizaje”.
En la actualidad se encuentra en Brasil, muy cauteloso por el nuevo coronavirus.
“Al igual que en Costa Rica, estamos poco a poco intentando controlar los contagios por este momento y tengo ganas de volver al fútbol, en contacto con agentes, para volver a hacer la cosa que más amo, que es dirigir. Ojalá, quien sabe y pueda retornar a Costa Rica para un nuevo proyecto”, acotó.
El partido del lunes entre Saprissa y Alajuelense empezará a las 8:30 p. m. en Tibás y será dirigido por Juan Gabriel Calderón.