El osado Manfred Ugalde mostró ímpetu en su primer clásico

Atacante de 17 años vivió una dura prueba entre Junior Díaz y Henry Figueroa

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A sus 17 años, el delantero Manfred Ugalde abrió su historial en clásicos nacionales. Lo hizo con ímpetu. Mostró su velocidad y su anuencia en ser el primer marcador en salida rival.

No la tuvo sencilla. Se colocó en medio de los centrales manudos: el hondureño Henry Figueroa y el experimentado Júnior Díaz.

Ugalde lo hizo casi todo bien, excepto por ese roce en los minutos finales, cuando al parecer mordió o inetntó morder a Diaz en el hombro, a juzgar por la toma de televisión. El manudo se tiró al suelo y luego le mostró al árbitro el hombro, pero el joven saprissista salió impune de su novatada.

En el fútbol, Ugalde dio pinceladas de que es osado. No ganó en el juego de choque, pero sí en la velocidad. Hizo movimientos interesantes y diagonales que pudo aprovechar mejor.

Tuvo una acción personal en los linderos del área. Dribló a Figueroa y sirvió un balón filtrado a Johan Venegas, quien no canjeó por gol la acción.

Es claro que apenas es un prospecto. “Qué hay que llevarlo despacio”, cómo lo dice el propio Wálter Centeno. Pero hay qué decirlo: no desentonó. Jugó con sacrificio.

Si algo le agrada a Paté de Manfred es que hace mucho desgaste físico en marcar la salida rival. Justo eso hizo en el clásico.

A la Liga le agrada tener el balón y zona baja y salir jugando. Ahí encontraron en Manfred un marcador constante y un tipo incómodo y veloz.

En el segundo tiempo, Paté le dio indicaciones a Ugalde y le mostraba los movimientos que quería que hiciera en el campo, pero tampoco es algo sencillo complacer a Centeno.

Con el dorsal 27, el ariete fue incisivo, siempre atento. Aunque no tuvo una oportunidad clara para anotar. Tampoco un disparo directo.

Las jugadas a balón parado no son su fuerte. El juego aéreo puede ser su mayor área de mejora, pero aún tiene tiempo para continuar con su formación.

Paté Centeno mantuvo a Manfred durante los 90 minutos. Ya lo había dicho en la previa: “No tengo mucho que decirle. Está motivado. Tiene que vivirlo y disfrutarlo”.

Al final salió sonriente. Su equipo ganó ante el archirrival. Se marchó del Morera con buenas sensaciones y agradeciendo el respaldo de tomarlo en cuenta con un rol más protagónico en esta su segunda temporada en el primer plantel del Monstruo.