El kínder carmelo le apaga la sonrisa a Saprissa en un abrir y cerrar de ojos

La brillante tarde de Torres y Bolaños no fue suficiente para que los morados salieran con los tres puntos de Alajuela. En un partido para recordar, Carmelita empató en la agonía. 2 por 2

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Nada como un partidazo. Vibrante y emotivo, capaz de levantar al aficionado de su silla en la última jugada, cuando parece que no hay más que hacer y la feligresía se empieza a retirar del estadio. El kínder carmelo se levantó de la lona para superar el golpe anímico y rescatar un empate, al 95′.

La energía de un equipo absolutamente dinámico, de altas revoluciones y juego de combinaciones, contra otro como Saprissa, peligroso y punzante cual candidato al título. Sería injusto decir que la S jugó mal. Es sencillo, ambos equipos plasmaron una idea tan atractiva como parecida.

El juego se tornó de ida y vuelta, a razón del trazo limpio y los rompimientos morados, frente a un adversario que también empujó con la penetración por los costados, el toque de primera intención y la velocidad en las transiciones; fue insuficiente para los verdolagas hasta el epílogo, cuando respondieron con la táctica fija como arma esencial para romper la muralla morada.

El 2 por 2 es el resultado de un partido para el recuerdo, digno de la premisa de Vladimir Quesada y Mario Víquez de mover el librillo táctico sin mezquindad alguna.

El ataque. La respuesta ideal a la salida de una figura predominante es que otro futbolista, a lo mejor opacado, le resuelva los dolores de cabeza al equipo con actuaciones magistrales. Y si en esa misión de reemplazar al otrora hombre clave aparecen dos jugadores, todavía mejor.

Sucede que Saprissa perdió a Daniel Colindres y desde ese día juega mejor Christian Bolaños; mucho más participativo y determinante, el volante se asocia con Mariano Torres, tan influyente que a veces parece que cada jugada de gol morada pasa por sus pies. Y a esa mancuerna de tocadores se une quien hasta hace poco era visto como un fichaje de relleno: Ricardo Blanco.

En el ajedrez de Vladimir Quesada, Blanco acabó por abandonar la lateral para acompañar a los volantes; la nueva función lo liberó de las responsabilidades defensivas y le permitió redondear sus penetraciones constantes con diagonales hacia adentro, otro recurso en ataque.

Saprissa controló y dominó la primera mitad, con la clara ejecución de sus volantes, que en el funcionamiento morado fueron vitales para abrir la cuenta y ponerse arriba dos veces.

Una buena ejecución de Torres por la izquierda terminó en los pies de Bolaños, quien levantó la cabeza y asistió a Blanco justo en su perfil. El volante remató cruzado y perforó las redes, al 15′.

Carmelita pobló el medio campo en la etapa complementaria para equiparar el duelo y convertirlo en la lucha constante en ambas porterías.

Lo intentaban los locales con un juego de elaboración con Jonathan Martínez como eje fundamental del trazo limpio, pero sin la capacidad para superar la puerta de Kevin Briceño.

Fue en una jugada rápida que se volvieron a juntar Torres y Bolaños. El argentino recibió un pase de Michael Barrantes y sacó un centro elevado que el mundialista no necesitó recepcionar; de primera, cruzó el disparo al palo contrario del guardavallas para marcar el segundo, al 72′.

En el cierre, los dirigidos por Mario Víquez no tiraron la toalla. A la premisa de adelantar líneas se sumó otro recurso: el balón parado. El joven Jorge Gutiérrez, de buen ver en el duelo, cobró un tiro libre magistral a solo siete minutos del cierre para anotar el descuento.

Cuando el partido estaba por acabar, y el tiempo de reposición se agotaba, se produjo otra jugada de bola muerta. Un centro al área bien colocado a la cabeza de Carlos Montenegro, quien consiguió el empate al 95′. 2 por 2. Juego para ver dos veces en Alajuela.