Era la asamblea de la Asociación Liga Deportiva Alajuelense en el año 2019, el expresidente Jorge Hidalgo Vega (2008-2010) toma el micrófono y realiza una intervención para los asociados. Uno de los presentes e integrante de La Doce difiere de Hidalgo y se da una ligera discusión entre ambos, sin quererlo, como clara ilustración de la vida política rojinegra.
Alajuelense tiene tendencias que copan el escenario. Por ejemplo, Hidalgo Vega es la cabeza de un grupo de socios donde aparecen, entre otros, Jorge Bermúdez y Guillermo Cornejo.
Entre tanto, el expresidente Raúl Pinto Odio (2010-2016) es la figura más reconocida de un grupo de socios en el que podemos citar a Aquiles Mata, Tomás Guardia, Marco Vásquez y, cerca del 2015, le abrió la puerta al exitoso empresario Joseph Joseph.
Sin embargo, son los integrantes o allegados a La Doce, los que tienen un peso muy importante para designar al presidente. Así ha ocurrido en los últimos 12 años. No actúan, sin embargo, como un solo bloque. Por un lado están algunos integrantes de la barra propiamente dicha; por otro, la Agrupación Somos La Liga (ASLL), con integrantes, en su mayoría profesionales entre 25 y 40 años, que alguna vez pertenecieron a la barra o tienen alguna cercanía con ella, si bien ya no asisten al sector de la gradería oeste donde La Doce salta y canta. Adicionalmente, a la Asamblea de Socios también acuden representantes de Soy Manudo, liguistas jóvenes involucrados en la barra, pero que que adicionalmente tienen su agrupación.
Pero, ¿por qué estos grupos son tan importantes en la vida política eriza? La respuesta es simple: juntos suman entre 80 y 100 votos en una Asamblea en la que llegan entre 200 y 300 socios activos para elegir integrantes de la junta directiva o bien, decidir sobre diferentes proyectos o propuestas de quienes dirigen el club.
Estos tres grupos tienen algo en común: están conformados por personas que tienen cercanía con la barra. Algunos todavía son integrantes vigentes y otros fueron parte de ella cuando eran adolescentes y jóvenes, y hoy comparten su pasión por el club, pero son profesionales (hombres y mujeres) que, en muchos casos, ya no ocupan un espacio físico en esa masa de personas que brincan y cantan al sonar de los tambores y una trompeta.
Un peso importante y un golpe de timón…
Este grupo de adultos jóvenes iniciaron su paso político en el año 2010, cuando el empresario Raúl Pinto Odio ganó su primera asamblea. Según una de las voces autorizadas de la barra manuda, y que prefirió el anonimato, para ese entonces hubo promesas de proyectos, de aportes de banderas, lienzos e instrumentos. Algo básico y ligero en el que algunos puntos se cumplieron y otros no.
Para el año 2012, cuando el presidente de ese entonces logró la reelección, entendieron que su peso en la asamblea era determinante. Para ese momento, ya líderes políticos opositores los llamaban para entablar diálogos y negociar de manera política. Sin embargo, por cuatro años más le dieron el respaldo a la gestión de Pinto Odio.
Quienes mantuvieron a Raúl Pinto a la cabeza de la institución también dieron un golpe de timón a mediados del 2016, dos meses antes de la asamblea de noviembre donde se elegiría el nuevo jerarca. El presidente de ese momento no podía ir por un mandato más; los estatutos solo permiten que un dirigente pueda estar en el mismo cargo hasta seis años. Sin embargo, la tendencia del señor Pinto preparaba un sucesor.
El presidente del momento y una de sus voces de confianza pactaron una reunión con líderes de la Agrupación Somos La Liga un domingo por la noche en un restaurante de Curridabat, San José. En esa conversación, el grupo que mantuvo al presidente más exitoso al frente del club, a nivel deportivo, le anunciaba que no le darían el apoyo a una figura de su grupo, y que ya le habían dado la palabra al grupo Liga Por Siempre, quien tenía como candidato a Fernando Ocampo Sánchez, figura que al final ha liderado al cuadro rojinegro de noviembre del 2016 al 2022.
Con el apoyo de los socios que están en La Doce y los de la Agrupación Somos La Liga, Ocampo Sánchez tenía los votos necesarios para asumir. Es en ese momento cuando el grupo de Raúl Pinto decide no presentar una papeleta en la Asamblea y se suma al consenso de apostar por una figura que no estuviera involucrada tan de lleno en la vida política de Alajuelense.
Dentro de la dirigencia de consenso, por primera vez se asignó un espacio para que la Agrupación Somos La Liga tuviera un dirigente; Sebastián Trigueros ocupó la prosecretaría.
Trigueros es uno de los fundadores de la AGSLL, siempre tuvo claro que algunos dirigentes lo verían de reojo, que llegaba a la cúpula de Alajuelense con muchos objetivos y proyectos, pero quizás los más importantes era derribar esos estigmas de que alguien que estuvo cerca de una década en la barra llegara a la dirigencia.
Hoy es una pieza importante para Ocampo, tiene una participación activa en el proyecto del equipo femenino junto a Mercedes Salas. También impulsó la Comisión de la Mujer Liguista, la misma que pretende que en un plazo cercano la dirigencia tenga más espacio para mujeres.
¿Quién es Liga Por Siempre?
El grupo opositor que disputó la presidencia en el 2014 con la figura de Federico Calderón entendió que para poder llegar al poder de la asociación debía tener el apoyo del voto joven de la Asamblea. De lo contrario estaban perdidos.
Liga por Siempre es un grupo de asociados liguistas que en aquel momento tenían liderazgos del peso de los expresidentes Gonzalo Fajardo Salas (q.d.D.g), de Rafael Solís (q.d.D.g) y de Jorge Hidalgo Vega. Además, asociados como Rolando Cordero Vega (q.d.D.g) y Federico Calderón, entre otros.
Alajuelense es una asociación deportiva sin fines de lucro en la que, según datos de la oficina de prensa del club, en este momento la institución cuenta con 2.470 asociados y solamente 753 de ellos son quienes tienen la oportunidad de votar en las asambleas. Sin embargo, suelen asistir unos 250 socios.
Ocampo Sánchez ya anunció que no seguirá en la presidencia, los estatutos no le dan más espacio y, además, aceptó una propuesta en un cargo regional para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el que deberá atender México, Centroamérica y el Caribe.
Este anuncio despertó la vida política de Alajuelense. Según conoce La Nación, Joseph Joseph, actual vicepresidente, valora poner su nombre para aspirar a la presidencia. Sin embargo, su apoyo incondicional a la gestión deportiva de Agustín Lleida pone a pensar a diferentes sectores que prefieren que la continuidad del español esté sujeta a títulos en el primer equipo masculino. La actual sequía de cetros no los tiene nada conformes.
Raúl Pinto considera que lo más preciado que existe en Alajuelense es su Asamblea, en esa misma en la que se debaten ideas y se toman acuerdos con tolerancia y respeto.
“En Alajuelense se vive una fiesta democrática, con sus tendencias y grupos afines. En una votación, vale lo mismo mi voto como un expresidente del club, al de una persona joven, de 20 años, que apenas empieza a ir a una Asamblea. Somos el único club grande que tiene esta manera de elegir su junta directiva y tomar acuerdos”, explicó Pinto.
Este medio de comunicación consultó a la dirigencia actual, por medio de la oficina de prensa del club, su posición del panorama político en las entrañas del club. Sin embargo, no profundizaron sobre el peso que tiene el grupo de asociados que les permitió llegar a la cúpula de la asociación.
“En los últimos seis años las elecciones de junta directiva han sido por aclamación, por lo que no es preciso determinar el impacto de un grupo o no”, detalló la dirigencia.