De esos que en la cancha no se arrugan, Randall Azofeifa muestra al ser humano sin caretas.
Narra cómo fue aquello de escribirle una carta a su fallecido ‘hermano’ del alma, Gabriel Badilla, un ejercicio sobrellevado sin quebrantos hasta que finalmente se la leyeron antes de enviarla a este diario para su publicación. Repasa el golpe de perder a su amigo y a su padre en tan solo dos meses y medio. Responde por primera vez cómo vivió el encarcelamiento de su suegro, por una prisión preventina en el caso del “Cementazo” que, aunque quedó atrás, no deja de reclamarla como injusta.
En cada situación aparece el fútbol de por medio, incluso al hablar de “lealtad” como uno de los principios más preciados. Para su amigo Gabriel Badilla, lealtad fue vestir solo la camisa del Saprissa. ¿Qué le respondería Randall Azofeifa, exsaprissista hoy fiel al Herediano?
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