Pasaron menos de cinco años desde esa Copa del Mundo y el Chuky estaba en el Caribe costarricense, vestido de verde y blanco.
Limón FC lo fichó por recomendación del técnico argentino Hugo Viegas, quien le habló del volante a Hernán Medford, en ese entonces gerente deportivo de los limonenses.
El pequeño futbolista (1,67 m) se vino seducido por un salario mucho más competitivo que el que recibía en la tercera división de Argentina.
Estuvo un año con los caribeños y después pasó a Herediano, donde permaneció dos años y medio y vivió sus mejores momentos.
Y aunque en ese periodo también le tocó soportar penurias económicas, asegura que la estabilidad que le dio Costa Rica le permitió comprarse una casa en Argentina.
"Sufrí mucho allá (en su país), se me complicaba, porque el costo de la vida es mucho más alto", comentó.
Seis meses después regresó para jugar con Limón, Uruguay y Santos de Guápiles. En esa etapa sumó dos años entre los tres clubes, pero se ausentó otra vez.
Durante un año vivió en Buenos Aires, de donde es oriundo, para jugar con el Club Atlético Defensores Unidos, de la tercera categoría.
Pero de nuevo se le hizo difícil desde el plano económico y eso lo trajo de vuelta, en esta ocasión a la Liga de Ascenso.
Esa nueva etapa también fue impulsada por sus tres hijas, una de ellas nacida en Costa Rica.
La permanencia en segunda duró solo cinco meses, porque los norteños ascendieron y hoy Ismael disfruta de la competencia en la máxima categoría, mientras su historia en el país ya suma seis años y dos meses.
Ese tiempo le ha permitido tener algo claro: quiere retirarse y envejecer en Costa Rica. Por eso venderá la casa de Argentina para comprar una aquí.
“Espero jugar dos o tres años más y quedarme a vivir, seguir relacionado al fútbol, porque es lo que sé hacer, estoy tratando de hacer el curso de técnico”, comentó.
Con 34 años no tiene entre sus planes nacionalizarse y hoy más bien recibe con satisfacción ser el extranjero con más tiempo en el país.
"No lo sabía, es un orgullo para mí", agregó el dos veces campeón nacional con Herediano, en el Verano 2012 y 2013.
Cerca de Gómez está su compañero Fabrizio Ronchetti, quien de forma interrumpida lleva cuatro años y ocho meses en el fútbol tico.
El uruguayo empezó con Pérez Zeledón, pasó a Cartaginés, Saprissa, volvió a la casa brumosa y sureña y ahora es de los Toros del Norte.
Con un poco menos de tiempo está el defensor Lautaro Ayala, argentino de 21 años, quien solo ha jugado en Costa Rica durante dos años y ocho meses, con Belén y Guadalupe.
Actualmente en el Torneo de Apertura hay 35 extranjeros inscritos, de ellos nueve son argentinos, seis mexicanos, cinco panameños, cuatro colombianos, tres hondureños, dos estadounidenses, dos brasileños y un representante de Cuba, Paraguay, Uruguay y Venezuela.