La Copa Oro será la primera prueba para medir la capacidad de Paulo César Wanchope en el banquillo de la Tricolor.
La exigencia, después del éxito mundialista y la valorización de las estrellas ticas en Europa, no puede ser menos que alzar el primer título de la Concacaf en la historia costarricense.
Lo sabe Chope. Ayer lo aceptó en su presentación. Y así lo han comentado en meses recientes desde el capitán Bryan Ruiz hasta los jerarcas de la Fedefútbol.
La Copa, que se disputará en Estado Unidos y Canadá en julio, será el tanteo para defender el primer lugar regional de Costa Rica en el ranquin FIFA.
Pero no la única tarea del nuevo entrenador. También tendrá que perfilar el equipo que disputará las eliminatorias para Rusia 2018, que inician en noviembre.
En esa tarea, la obligación lógica es mantener la base del equipo que hizo historia en Brasil y tapar los posibles huecos.
En particular, requiere el relevo generacional de tres posiciones con nombres y apellidos: el defensa Michael Umaña, el volante Christian Bolaños y el ariete Álvaro Saborío. Los tres referentes y activos, pero de avanzada edad –32, 30 y 32, respectivamente– como para ir a Rusia.
“Hemos trabajado en un proceso de renovación importante. Lo hicimos en su momento con Johan Venegas y David Ramírez, pero creemos que nos falta un relevo para la zona central y otro para la zona de ataque”, comentó el asistente técnico Luis Marín.