La pesadilla de Cartaginés finalmente llegó a su fin. Los brumosos lograron al menos despertar de un cuento de terror, que parecía interminable para ellos, tras ocho juegos sin conocer la victoria.
A los blanquiazules les volvió el alma al cuerpo luego de imponerse 2 a 1 ante Carmelita, en un juego en el que las formas fueron lo de menos para un conjunto local que simplemente quería ganar.
El pitazo de Juan Gabriel Calderón en el minuto 95 fue un gran desahogo para una afición y un plantel que ayer tuvo que sufrir hasta el último instante, no por las llegadas carmelas, sino por su mismo nerviosismo.
Gastar el tiempo en una esquina y defender hasta con los 11 jugadores metidos en su campo valieron para lograr el objetivo de un club que espera recomponer el rumbo y aprovechar que la irregularidad del certamen los tiene a cuatro puntos del cuarto lugar.
Al inicio del juego, los brumosos apostaron a la fórmula que les dio algo de resultado en el torneo; abrir la cancha y llegar por los costados, tanto con Paolo Jiménez por izquierda, como con Hernán Fener por derecha (volantes laterales).
La propuesta tuvo dos caras, ya que ninguno de los dos es un carrilero natural, por lo que cumplen al ir al ataque, pero sufren al defender cuando les lanzan los balones a sus espaldas.
El planteamiento de Jeaustin Campos dio réditos apenas en 20 minutos. Jiménez envió una pelota al corazón del área y luego de una pésima salida del arquero Bryan Rodríguez, apareció Juan Bustos para enviar el balón al fondo arco.
Sin embargo, la inseguridad en los blanquiazules les pasó factura de nuevo y empezaron a tener problemas en una zaga que sigue viéndose muy lenta.
Apenas en el 35’ llegó el empate por intermedio de Adrián Marrero, quien aprovechó un pase filtrado de Bryan Rojas, para definir solo ante el portero.
Los dueños de casa se bloquearon y perdieron generación. No obstante, en una jugada individual Fener se quitó a tres defensores y logró enviar un centro justo a la cabeza de Rándall Brenes. El goleador de los centenarios no perdonó y convirtió más atrás del punto de penal en el 45’, para dar algo de calma a sus compañeros.
En el complemento todo fue mesura para un Cartaginés que bajó las revoluciones, enfrió el compromiso con el balón en su poder y logró aferrarse al gol del Chiqui para cortar su racha.