El recurso de la media distancia le permite a Alajuelense sumar su segundo triunfo al hilo frente a un adversario tan incómodo como agresivo.
Cuando el cotejo parecía para cualquiera, Kenneth Cerdas se inventó un trallazo que se coló en la puerta de Luis Torres, a siete minutos del final; el segundo, pues José Luis Cordero había utilizado la misma fórmula para emparejar el duelo en la primera etapa.
El castigo fue demasiado duro para un Belén que hizo los méritos para dejarse algo.
No podía ser distinto. Aún cuando le cuesta ganar, la propuesta de juego florense incita a su adversario a proponer.
La velocidad con que rompen al espacio Bryan López, Rooney Mora y sobre todo el mexicano Julio Cruz, refleja la agresividad del libreto belemita. Al dejar espacios, Alajuelense también adelanta líneas, lo que acelera el ritmo del partido e incrementa las ocasiones de peligro.
El juego agresivo, de apertura por los costados y mucha velocidad de los locales, también posee un marcado talón de Aquiles, cuando su rival sale rápido hacia el frente y se encuentra el bloque desarmado.
En la etapa inicial, el tránsito del cotejo cambió de dueño en distintos lapsos, pero sin que hubiera un claro dominador.
Belén sacó a relucir su faceta más encaradora de la mano de Cruz, y estuvo cerca de abrir la cuenta al inicio del duelo.
Fue al minuto 14 cuando el propio Cruz aprovechó un rebote dentro del área chica, después de un paradón de Patrick Pemberton, para lanzarse de media volea y abrir el tanteador.
La reacción rojinegra fue casi inmediata. Allen Guevara y Cordero metieron el acelerador para mostrar una versión más afinada de lo que anhela Benito Floro: un equipo rápido y solvente en la zona de ofensiva.
Después de que McDonald desperdició dos jugadas de gol, un cabezazo que tapó Torres y un disparo que salió desviado, apareció Cordero para inventarse un disparo de media distancia que se coló en el ángulo, para igualar, al 39’.
En el segundo periodo, la esencia del cotejo no cambió. Belén se aproximó con claridad al ataque, apelando a un fútbol de altas revoluciones y arremetidas a las espaldas de los zagueros. El equipo local se acostumbró a llegar hasta la línea de fondo y lanzar centros que al final no encontraron un receptor.
Por el contrario, la Liga empezó a crecer en su desempeño, con el desequilibrio de Guevara y con argumentos para cambiar el ritmo de acuerdo a las circunstancias del compromiso.
Floro hizo ingresar al joven Kenneth Cerdas, que se acopló rápidamente al tome y dame rojinegro, pero esta vez con un valor agregado: la anotación.
El volante levantó la cabeza y remató a portería desde afuera del área para darle a Alajuelense el triunfo, al minuto 83.