Ganar la Liga Concacaf le deja una satisfacción muy particular a Alajuelense, porque para llegar hasta ahí tuvo que superar obstáculos inesperados.
Quizás, los partidos que más se recuerdan son estos dos últimos, en los que la exigencia crecía ante Olimpia y Saprissa. Y es cierto. Ya con la clasificación asegurada a la Liga de Campeones de Concacaf, la Liga eliminó al bicampeón de Honduras en penales y derrotó a su archirrival en la final.
Pero es que el arranque en la Liga Concacaf tuvo mucha complejidad para los rojinegros, debido al brote de la covid-19 que se presentó en el equipo, con once futbolistas contagiados.
El día original en el que Alajuelense recibiría al Cibao de República Dominicana, el partido se pospuso y para cuando se reprogramó, a los manudos les costó muchísimo armar una alineación para afrontar el partido de la fase previa.
A pesar de que ya los jugadores que dieron positivo estaban de vuelta, el protocolo de Concacaf difiere del que se aplica en el torneo nacional y para poder ser elegible para el juego, cada integrante de la delegación debe presentar dos PCR negativas.
Los médicos han explicado que una persona que tuvo covid-19 puede tardar hasta dos meses en lograr que la PCR no le marque positivo, aunque ya no tenga carga vírica.
Esa situación provocó que para el partido contra los caribeños, la Liga pudiera armar un once, sin suplencia completa. De hecho, tuvo en banca a Juan Pablo Ledezma, el hijo de Froylán, quien con 15 años sumó sus primeros minutos en un partido internacional con Alajuelense.
Fue el mismo día del juego cuando Carevic terminó de recuperar a dos jugadores, de los cuales, uno fue titular y otro estuvo en la banca, pero en la Liga habían pensado que ante la emergencia que había un portero iba a tener que jugar como defensa.
La Liga venía saliendo de la cuarentena y en el mismo cuerpo técnico no sabían cómo se iban a comportar los jugadores, porque era una situación que los tomó de golpe y que experimentaban por primera vez.
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“Era lógico que no solo por los 14 días, eso no era lo preocupante, porque el jugador no pierde. El tema es los que están contagiados, cómo los ha afectado el virus. Entonces, a unos los ha afectado de una manera, a otros de otra, algunos asintomáticos, otros con síntomas, entonces el tema nuestro era cómo iban a regresar ellos después de haber tenido el virus. Entonces era nuestra intriga, de valoración, a la hora de volver”, expresó Andrés Carevic en uno de los capítulos de la sección ‘Desde Adentro’ que se publican en el Liga Pass.
Después de la pausa, la Liga volvió a la competencia, con dos partidos en casa: perdió contra Pérez Zeledón (0-2) y empató (2-2) ante Jicaral. Después visitaba a Saprissa y seguía el juego de la fase previa de la Liga Concacaf.
“Al final de cuentas claro que nos afectó, porque teníamos muchos contagiados, la mayoría venían jugando de titulares”, admitió el técnico.
Ese regreso fue atípico y pasó lo peor que le podía pasar a Alajuelense en ese momento, que no era la derrota; sino perder por expulsión a Jurguens Montenegro, Bryan Ruiz y Bernald Alfaro, cuando se acercaba el clásico.
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“El equipo se vio ansioso, falto de ese ritmo que traíamos y a lo mejor por eso se ocasionaron las expulsiones o llegar tarde a las jugadas. Era lógico esperar algo así, no de las expulsiones, sino de ese falto de ritmo de que los otros equipos seguían jugando y nosotros no”, citó Carevic.
Mientras que Agustín Lleida indicó: “Cuando regresamos, le costó al equipo. Nosotros volvemos y perdemos en casa contra Pérez Zeledón, empatamos con Jicaral, sacamos un punto de seis en casa y a lo mejor en ese momento la gente se empieza a poner nerviosa”.
La Liga fue a la Cueva y pese a las bajas de peso, ganó en Tibás por 3-2.
Después de eso, en el retorno a la competencia internacional, luego de tres años de ausencia, Alajuelense se impuso 3-0, con un doblete de Álvaro Saborío y un tanto de Carlos Mora.
Luego derrotó 1-0 al San Francisco de Panamá con un gol de Jurguens Montenegro y sudó de más para vencer 2-1 a un envalentonado Real Estelí que venía de eliminar a Herediano en el Estadio Nacional.
Ante el cuadro nicaragüense anotaron Bryan Ruiz y Alonso Martínez. El tanto pinolero fue de Juan Barrera.
Contra Olimpia, en semifinales, el partido en tiempo regular terminó 0-0, pero en los lanzamientos de penal, Alajuelense fue letal, con los cobros de Bryan Ruiz, Yurguin Román, José Miguel Cubero, Fernán Faerron y Daniel Arreola, superando al bicampeón hondureño desde la ruleta rusa por 5-4.
Ya en la final por un título internacional, ante Saprissa, Alajuelense consiguió la corona al ganar el clásico con marcador de 3-2.
Fue un partido de primera entrada parejo, en el que los morados anotaron primero con Christian Bolaños y Barlon Sequeira equiparó las cifras. Luego llegaron los goles de Yurguin Román y Alex López. Marvin Angulo descontó, pero el triunfo manudo estaba sentenciado.
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Alajuelense pasa la página de inmediato, porque el domingo recibirá de nuevo a Saprissa, a las 4 p. m., en un clásico que será dirigido por Hugo Cruz.
El 10 de febrero, los rojinegros conocerán el nombre de su rival en la Liga de Campeones de Concacaf.