La Selección de Costa Rica tiene pocas vacantes en la portería. Con Keylor Navas y Leonel Moreira como referentes del proceso de Rusia 2018 y Esteban Alvarado y Kevin Briceño como alternativas emergentes, se ve difícil hacerse de un lugar, aunque Darryl Parker piensa muy distinto.
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El arquero de Cartaginés vive un resurgir en su carrera a los 25 años. Atrás quedó la lucha titánica que sostuvo para superar las lesiones en el hombro que le surgieron producto de un accidente automovilístico en 2016. Su inactividad en Saprissa es sólo un recuerdo y hoy en día afirma estar a la altura de la Tricolor.
Parker es uno de los puntos más altos y probablemente uno de los mejores jugadores brumosos en esta campaña. Inició como estelar y en cada partido se vuelve más determinante, al punto de acumular 33 tapadas en 10 juegos, en los que recibió 12 anotaciones (un autogol).
“Viene otra convocatoria y sé que tengo grandes oportunidades de estar en la Selección. Ahora el club está ganando y es un plus, porque si andamos bien se fijan más en los jugadores. En mi caso estoy ilusionado porque llegue un llamado, hay que seguir trabajando fuerte”, señaló Darryl.
La efectividad del cancerbero es del 73%, es decir, recibe un tanto cada 75 minutos. Además, de los cinco penales que le lanzaron en el torneo tapó dos (uno al saprissista Mariano Torres, en la derrota 1 a 0 en la fecha nueve, y otro al carmelo Bryan Rojas, en el gane 3 a 2 del fin de semana).
El guardameta no esconde que pasó momentos de mucha tristeza y frustración desde el 2016, tanto por el percance que lo alejó de las canchas, como por no ser tomado en cuenta con los morados. Incluso, llegó a pensar que no recuperaría la sonrisa en el deporte que lo apasiona.
“Tenía mucho tiempo de no sentirme tan bien, pueden ser años o meses en los que no la pasaba bien, pero he retomado mi nivel, tengo constancia y poco a poco todo va saliendo de la mejor manera. Conforme pasan los partidos se me van dando mejor las cosas y estoy contento con mi trabajo, aunque sé que puedo dar más”, agregó.
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Darryl fue un prospecto interesante en categoría menor; jugó un proceso eliminatorio olímpico y desde muy joven su biotipo llamó la atención. Sin embargo, estuvo a punto de desaparecer del mapa futbolístico, de no ser por Paulo Wanchope, uno de sus mentores desde juvenil y quien lo llevó a Cartaginés.
“Le doy las gracias a Paulo Wanchope por sacarme de una situación difícil en Saprissa. No era un problema económico sino anímico, porque no tenía minutos. Después del accidente y la lesión estaba muy consciente de que se me iba a cortar el ritmo y que iba a ser muy complicado retomarlo. Con el trabajo, la constancia y la perseverancia lo logré”, añadió el cancerbero.
En su inicio con los brumosos veía complejo relegar al canterano Luis Diego Rivas, pero finalmente le ganó el puesto y ahora es el meta más regular de los equipos tradicionales (solo se perdió dos juegos por sanción).
Ahora su objetivo es la Selección. Parker espera estar para los duelos ante México (13 octubre) y Colombia (16 octubre).