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Crisanto Ulate tiene 30 años de trabajar en la formación de jugadores con Alajuelense. (Prensa Alajuelense)
Está detrás de cámaras porque los focos casi siempre los acapara el primer equipo, pero Crisanto Ulate es considerado a lo interno de Alajuelense como una institución dentro de la institución.
Así podría describirse a ese hombre que a lo largo de 30 años ha estado vinculado directamente a la formación de talentos en la Liga y que atesora con orgullo una lista que cada vez que la repasa, o cuando incluye a alguien, le produce una gran satisfacción.
En ese documento que empezó como un borrador a mano, con lápiz y papel y que hoy está computarizado, Ulate tiene anotado el nombre de cada uno de los pupilos que pasaron por sus manos cuando eran niños y que llegaron a la Primera División.
Dicha lista empezó con Michael Rodríguez y ya lleva 66 reglones, entre los que figuran nombres como Joel Campbell, Ricardo Blanco, Francisco Rodríguez, Yurguin Román, Armando Alonso, Kevin Ruiz, Mauricio Vargas, Alfonso Quesada, Alejandro Gómez, Luis Diego Sequeira, Kenner Gutiérrez y el más reciente fue Josimar Alcócer.
Con la cantera de Alajuelense, Ulate colecciona una cosecha importante de cetros, al ganar 23 campeonatos de liga menor como técnico y otros seis ejerciendo la función de asistente.
Durante todos estos años ha sido fiel testigo de la cantidad de talentos que llegan con el sueño de ser futbolistas y de cómo de ese embudo que siempre se forma son muy pocos los que continúan hasta el final, debutando en la máxima categoría.
“Al hacer el recuento de muchachos que han estado conmigo directamente siendo yo entrenador, que han llegado a Primera División son casi 70 y viera lo feliz que me pone eso”, expresó Crisanto Ulate.
Él era estudiante de Educación Física de la Universidad de Costa Rica y recuerda que Henry Duarte llegó en 1985 a formalizar las ligas menores de la Liga. Para eso, buscó a varios estudiantes de esa carrera y Ulate pensó que era su gran oportunidad.
Le pidió a Duarte que lo tomara en cuenta, pero le respondió que ya tenía el cupo lleno. A Ulate no se le dio en esa ocasión, pero era consciente de que lo que está destinado a pasar, tarde o temprano sucede.
“Yo pensé que ni modo, porque desde siempre he sido liguista y quería estar en el equipo. Mandé un currículo y nada”.
Pero las cosas cambiaron cuando menos lo esperaba y fue en el momento en el que Otto Fuentes laboraba como gerente de Alajuelense. Ellos vivían cerca, en el mismo pueblo, en El Cacao de Alajuela.
“Había equipos de Linafa participando y yo los entrenaba. Un día Otto me preguntó que si a mí no me gustaría trabajar en la Liga, en liga menor y le respondí que claro”.
De inmediato le pidió el currículo y se lo llevó de una vez, porque era lo que siempre había querido.
“Lo que era liga menor lo dirigía en ese momento un grupo de padres de familia, era lo que le llamaban la Comisión de Liga Menor. Me dieron la oportunidad de estar en escuelas de fútbol y el 15 de mayo de 1996 don Jorge León Azofeifa, que era el coordinador de liga menor me subió y ahí me quedé. Me he ido quedando, me han ido dejando y aquí sigo”, relató Ulate.
Crisanto Ulate acudió en 1995 a una pasantía de 18 días en el Barcelona y ahí compartió en cancha con Johan Cruyff. (Cortesía)
Entre lo que más le admiran en la Liga es aparte del carisma que tiene para enseñarle los conceptos básicos a los talentos que llegan al club, es que él siempre ha intentado adaptarse a la evolución de todo y que no es de los que piensan que ya lo saben todo.
“Antes se trabajaba de una forma, ahorita con la llegada de los españoles uno tiene que ir adaptándose a cosas. Ahí estamos poco a poco, creyendo mucho en los chicos, en los muchachos”.
Su modo de pensar es distinto. A pesar de que mucha gente dice que el entrenador no debe ser amigo de los jugadores, en su función de formador cree que aplica todo lo contrario.
“Uno tiene que conocer más a los niños que están en crecimiento y ayudarles, motivarlos, hablando de las cosas que les van a ayudar en su vida como personas, inculcando mucho la disciplina, eso sí”, apuntó.
Entre su repertorio de anécdotas destaca una muy particular y es que cuando llegó Fernando Colombo a la Liga, Ulate estaba conversando con él y le preguntó que si tiene hijos.
“Me dice que sí, que de hecho estuvo en Alajuelense, pero que el entrenador lo echó porque tenía el pelo largo. Y claro, en aquel momento yo exigía que los muchachos debían usar pelo corto”.
Las vueltas de la vida. Colombo jamás pensó que aquel técnico era el hombre con el que estaba charlando.
“El chiquillo estaba a prueba y duró como tres meses, uno tenía cierta potestad de decir este se queda y este no, ahora ya es diferente. A ese muchacho le dije que se podía quedar, pero con el pelo recortado y el chiquillo nunca volvió”.
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Ese es uno de los tantos equipos de Alajuelense a cargo de Crisanto Ulate. (Cortesía)
Diez años después, cuando Fernando Colombo le contó esa singular historia y le dio el año de nacimiento de su hijo, todo estaba más que claro.
“Yo le respondí: ‘A la pucha, yo creo que yo era el entrenador’. Y efectivamente, me fui para la casa y como yo tengo cosas apuntadas desde que estoy aquí, saqué cuando el chiquito estuvo, los días que vino a entrenar, los partidos y a don Fernando le llamó mucho la atención de que a pesar de los años, yo tenía guardados los datos de él. Yo no sabía ni qué decir, pero él me comentó que estaba bien, que era mi criterio en ese momento”.
Crisanto Ulate se ve como un discípulo de Gerardo ‘Lalo’ Chavarría y de Jorge León.
“Lalo fue profesor en mi época de colegio y don Jorge nos daba lineamientos de todo y me han servido para el resto del tiempo. Anécdotas con chiquillos buenísimas, soy feliz cuando los veo o cuando llegan a la Selección, es una emoción y es la satisfacción más grande, ver que los muchachos, algunos logran el objetivo. A uno le gustaría que fueran más, pero no todos llegan”.
En cuanto a los campeonatos cosechados en liga menor, recuerda uno en particular que ganó Alajuelense en el Estadio Ricardo Saprissa, con los muchachos de 1994.
“Curiosamente los papás de los dos equipos se llevaban muy bien. No sé por qué había tanta relación entre los papás, supongo que por las selecciones menores y esto está muy bien, así debería de ser”.
Recordó que el primer partido de aquella final quedó empatado y en el juego de vuelta la Liga estaba en aprietos, porque se fue al descanso con un marcador adverso de 2 a 0.
“Los chiquillos habían salido molestísimos del primer tiempo, enojados y yo recuerdo que les dije tranquilos, porque toda esa energía la ocupamos y empecé a decirles cosas de que el 2 a 0 es el marcador más incómodo, engañoso, muy difícil, porque la gente se confía”.
De camino a la cancha otra vez les recalcaba que tenían que estar unidos, muy juntos y esforzarse.
“Al final, terminamos ganando 3 a 2 y lo disfrutamos mucho porque estuvo muy difícil. En otros hemos quedado fuera, como una final en U-15 que perdimos en Alajuela contra Puntarenas por penales, que yo cambié el portero antes de los lanzamientos. Otras veces lo he hecho y ha salido, en esa no”.
Pero insiste en que la satisfacción más grande para él es cuando se topa a alguno de esos chiquillos, ya adultos y lo saludan como si el tiempo no hubiese pasado.
“Yo soy profesor de educación física, trabajaba en una escuela, trabajé con niños siempre y eso me ha ayudado. Ya yo estoy pensionado, pero trabajé bastantes años como educador físico en primaria y entonces quizás uno aprende mucho a tener el trato con niños”, apuntó.
Esa vocación tan definida en la enseñanza con niños hizo que en él no surgiera la intención de buscar dirigir a adultos. De hecho, una vez rechazó una propuesta que le habían hecho, porque está convencido de que lo suyo es la formación.
Y ha sido testigo en primera fila del éxito de las divisiones menores de Alajuelense a través del tiempo.
“Hubo un año que la Liga ganó los siete torneos, hablo de los cuatro prospectos, la U-15, U-17 y U-20. El secreto está en primero la escogencia de los jugadores, de los muchachos y después el personal que tiene la institución en cada uno de los campos y yo siento que ahora mucho mejor, porque todo se ha profesionalizado”.
Ulate comentó que en la actualidad, los cuerpos técnicos de las ligas menores de Alajuelense cuentan con personas actualizadas, capaces y comprometidas .
“Aquí pasamos todo el día y yo no veo a nadie quejándose ni nada. Aquí ahora es muy bonito, porque tenemos un camerino en el CAR donde estamos juntos y nos reunimos. El de la U-15 le pide un consejo al de la U-20, o al de la U-17, o todos nos metemos a dar nuestra opinión”.
Indicó que se habla de actividades para mejorar equis cosas y se comparten experiencias entre ellos.
“Hay mucha camaradería y otra cosa bonita de ahorita es que antes cada entrenador estaba con su grupo, ahorita yo comparto con todos, o todos compartimos con todos”.
Aunque disfruta mucho del día a día, los martes son especiales en el CAR, porque es el día en el que los cachorros ejecutan acciones para mejorar, individualmente, o por demarcaciones.
“Tomamos unos 20 o 25 minutos y eso hace que uno también vaya teniendo relación con todos, eso es algo importante. Ahorita la ventaja de la Liga son las instalaciones, todo lo que tienen aquí. Los chiquillos son conscientes de todo lo que la Liga les da, los suplementos, el gimnasio con el que se cuenta ahora, con todo”.
Y agregó: “Antes andábamos rodando de una cancha a otra y Quique o la persona encargada de liga menor andaba haciendo negociaciones con equis empresa para ver si nos podían dejar entrenar”.
Las ligas menores de Alajuelense en entrenaban en la Firestone, en Aviación Civil, en Lotes Sánchez, en el Cuna, o en unos potreros en los que se armaban canchas por Pedregal.
“Ahora está el CAR y el futuro de la Liga son todos los muchachos que están trabajando con nosotros. Esos chiquillos son la Liga del futuro. Acá en Costa Rica solo ven a la Primera División y los miden por los logros, pero yo siento que estamos muy bien. Igual hay que seguir motivando a los muchachos y hacerles ver que donde están es la oportunidad de ellos para surgir a futuro”.
Ulate confesó que desde que Aarón Suárez llegó a Alajuelense él lo pone de ejemplo y le insiste a los integrantes del semillero rojinegro que se fijen mucho en lo que hace.
“Este muchacho desde que lo vi es impresionante, comprometido, se venía las tardes a entrenar solo, uno lo veía muy centrado y prueba de ello las cosas que va logrando poco a poco y lo va haciendo de buena manera. Yo lo pongo de ejemplo con los chiquitillos”.
Inclusive, Ulate les habla de su propio caso, porque él anhelaba trabajar en Alajuelense y llegó cuando sí era su momento.
“Yo tuve a la tercera oportunidad logré entrar a la Liga y acá estoy, si uno quiere cosas las puede ir logrando, pero también necesita sacrificios y esto es lo que ocupamos todos, que todos se esfuercen y que al final la recompensa va a venir”, finalizó.
Futbolistas que llegaron a Primera y fueron dirigidos o recomendados por Crisanto Ulate
- Michael Rodríguez
- Alfonso Quesada
- Luis Diego Sequeira
- Alejandro Gómez
- Armando Alonso
- Mauricio Vargas
- Kurt Morsink
- Brandon Poltronieri
- Javier Loaiza
- Cristopher Meneses
- Verny Ramírez
- César López
- Juan Diego Ruiz
- Diego Calvo
- Yosimar Arias
- Kenner Gutiérrez
- Jean Carlo Agüero
- Luis Miguel Valle
- Jonathan McDonald
- Yherland McDonald
- Luis Sequeira
- Leslie Ramos
- Andrey Ugalde
- Andrés Flores
- José Guillermo Ortiz
- Diego Estrada
- José Luis Cordero
- Daniel Arce
- Mauricio Castillo
- Diego Brenes
- Ricardo García
- Johan Condega
- Joel Campbell
- Steve Garita
- Róger Estrada
- Kevin Ruiz
- Jorge González
- Francisco Rodríguez
- Alejandro Rodríguez
- Óscar Madriz
- Alejandro González
- Alberth Villalobos
- Yurguin Román
- Darío Alfaro
- Kishner López
- Saúl Phillips
- Joseph Mora
- Erick Sánchez
- Juan Ramón Barrera
- Carlos Martínez
- Juan Pablo Vargas
- Ricardo Blanco
- Wálter Chévez
- David Calvo
- Seemore Johnson
- Kénneth Gamboa
- Wálter Villalobos
- Dennis Castillo
- Sebastián González
- Juan Pablo Arce
- Kénneth Vargas
- Royner Rojas
- Geancarlo Castro
- Esteban Rodríguez
- Caleb Arroyo
- Josimar Alcócer