Creo en Adonis Pineda

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Dejen en paz a Pineda. La Liga no perdió contra el Team a causa de sus errores puntuales. La Liga perdió esa serie de partidos en el pizarrín, antes de saltar al terreno de juego. La Liga perdió porque, contra la excelencia exhibida en el curso del torneo, jugó mal los cuatro partidos decisivos contra Herediano. La Liga perdió porque su técnico Carevic es un principiante carente de experiencia en la primera división, mientras que su rival rojiamarillo es un técnico colmilludo y mañoso. Es así de simple.

Pineda es un buen, promisorio portero. Resulta indignante ver a la canalla, a la barra rojinegra y a sus propios compañeros culpabilizarlo por la derrota. No le peguen al muchacho en el suelo, no sean cobardes, pusilánimes, sañudos: déjenlo siquiera reincorporarse, en lugar de seguir pateando su cuerpo ovillado sobre la gramilla. No escupan sobre él, no lo vejen y escarnezcan: es demasiado fácil y demasiado vil.

Todo el mundo recuerda a Martín Palermo: el jugador albiceleste que botó 3 penales en partido contra Colombia. Pocos saben que también es, con 236 dianas, el máximo goleador histórico del Boca Juniors, el equipo de Maradona, Riquelme, Tévez y Rattin. Y nadie sabe que Maradona pifió 5 penales consecutivos con el Boca (en sucesivos partidos). Las criaturas liliputienses recordarán a Palermo como el jugador “de los 3 penales”. Los hombres de bien lo recordarán como el más prolífico artillero en la historia de un club rebosante de delanteros ilustres.

Y vuelvo a la gran reflexión de Shakespeare: “Los errores de los hombres serán esculpidos en el bronce. Sus virtudes serán escritas sobre el agua”. Tal es nuestra mezquindad, nuestra pequeñez y malignidad.

Pineda saldrá adelante de este bache, y tendrá ocasión de que sus proezas sean escritas en el agua, mientras sus errores contra Herediano relucen ya, obra de perverso cincel, en el bronce. ¡Adelante, compañero, así es el ser humano, y nada podemos hacer por cambiarlo!