El balón como obsesión. Hay entrenadores que no negocian la entrega. Otros se enfocan en la creatividad. Para Óscar Ramírez la posesión de la pelota es el credo.
Tener siempre la bola para desarrollar la dinámica de juego.
No es antojo del Machillo, es que para él la redonda es la llave para destruir el juego rival y, de ahí en adelante, construir el propio.
Así empieza a caminar esta nueva Liga de Ramírez. No cambiará mucho respecto a lo que se vio en su paso anterior. ¿Tener uno o dos delanteros? ¿Un creativo o dos volantes de marca? Son cuestiones circunstanciales. Lo principal está en la bola, en su dominio, en perseguirla con obsesión.
Futbol moderno: desarmar al rival y armar lo propio con dinámica y velocidad. Mucha velocidad por ambos costados.
El domingo, Machillo jugó su primer amistoso desde que retornó a la Liga. Lo hizo en el calor de Guanacaste y contra el cuadro de Cañas. El aplastante resultado de 5-0 sirvió para imprimir las primeras ideas que el estratega tiene respecto al material primo con el que contará para el largo Invierno.
El equipo que podría llamarse estelar salió con muchos parches, como Juan Gabriel Guzmán de lateral izquierdo. Lógico pues hay cuatro seleccionados fuera ( Pemberton, Acosta, Ariel Rodríguez y el catracho Jerry Palacios) y Maurim Vieira de Souza se unirá a la pretemporada hasta hoy.
Sin embargo, de la media hacia adelante el equipo sí mostró lo esperado: Luis Miguel Valle en la contención, Kenneth García de volante mixto y Allen Guevara y Álvaro Sánchez como las veloces puntas que tanto identifican el estilo manudo de los últimos años.
Adelante, primero estuvo la dupla de Armando Alonso y Alejandro Aguilar; después fueron Alejandro Alpízar y José Guillermo Ortíz los escogidos.
Así Ramírez irá (re) armando el concepto de juego con el que fue campeón cuatro ocasiones.
Ya no están piezas vitales como lo fue Pablo Gabas en su momento, pero ahora hay seis delanteros peleando el cupo (antes ninguno) y falta ver el aporte que tendrán fichas como Rodríguez, Johan Venegas, el brasileño o la posible incorporación de Camilo Aguirre.
Muchos partidos para probar. Lo que sí le sobrará al Machillo es tiempo y partidos para probar a uno y otro jugador.
A diferencia de otros años, esta pretemporada es larga y cargada.
Confirmados hay seis amistosos más (tres aquí y tres en México), más los partidos que juegue la Liga en el Torneo de Copa del próximo mes (máximo siete juegos)
Queda mes y tres semanas para que Ramírez repita sus conceptos una y otra vez, se los grabe a los muchachos y los mande a jugar.