De poco sirve insinuarse si al final todas las intenciones se quedan en el coqueteo, sin profundidad ni ideas lo suficientemente amalgamadas como para transformar el ímpetu en oportunidades claras de gol.
Cartaginés igualó a uno frente a la UCR, un plantel con menos argumentos y calidad individual, pero incómodo. Y qué fácil es incomodar a los brumosos, inoperantes en la reacción cuando les anotan.
Es hasta ingrato comparar el talento de ambas escuadras. Por mucho Cartaginés presenta más recursos, más y mejores jugadores para no sufrir tanto y evitar otra eliminación tempranera de la fase final.
De esta versión brumosa resalta justamente el deseo de atacar sin punch. Es por eso que cuando Dylan Flores se atreve a convertir las pinceladas en trazos con oportunidad de anotación, Cartaginés consigue dar un salto de calidad.
En Flores o el propio Hernán Fener, Cartaginés puede conseguir algo más que simples intenciones. Captar el talento, ponerlo a beneficio del grupo y transformar a los blanquiazules en un club protagonista.
Por ahora son solo atisbos y sueños. El desafío radica en conseguir que la materia prima presente en el club se la crea y simplifique los problemas, a veces más mentales que futbolísticos. El primer periodo fue fiel reflejo de que con un equipo enchufado, Cartaginés puede dar más. Flores, de primera intención consiguió el primer gol al 38’.
El tránsito limpio, con el volante como ejecutor y Rándall Brenes como receptor de la mayoría de ataques, Cartaginés fue amplio dominador, sin conseguir la profundidad necesaria.
Y en el segundo tiempo se repitió la fórmula del primer duelo ante Carmelita, cuando el rival consiguió el empate y ahogó las intenciones brumosas, con una respuesta endeble y floja que solo demuestra que Cartagines sufre en la parte mental.
Francisco Rodríguez equiparó el duelo con un buen disparo, tras un fallo garrafal de la retaguardia de Cartaginés en la marca. El rebote suelto quedó en pies del delantero, quien remató fuerte y esquineado para vencer al arquero Luis Diego Rivas, al 63'.
Después, la respuesta fue casi nula.
Cartaginés tampoco consigue en las variantes la repercusión esperada para dañar a su adversario. Se queda corto, pesa poco en ofensiva. A veces por apresurarse en el trazo, en otras ocasiones por falta de imaginación.
Y tampoco el técnico Adrián Leandro encuentra las respuestas para hacer levantar a un equipo que empieza con el pie izquierdo el certamen.