“Nadie sabe los sacrificios que hice por eso y al final no fui al Mundial. Eso me duele, la verdad, me duele”. Así de sincero es Ariel Rodríguez.
El invitado de esta semana del programa de La Nación, #LoQueNoSeSabe, es claro en que hoy la tristeza por no ir a la última Copa del Mundo todavía lo invade, ya que él estuvo todo el proceso pero al final quedó fuera de la lista para la gran fiesta.
Ariel habla con voz entrecortada, su mirada se humedece y con sus manos refleja la desazón que lo invade cuando recuerda lo vivido previo y durante la Copa del Mundo.
“Es duro para mí cuando recuerdo eso, porque nadie sabe el sacrificio que hice por eso y al final no pude ir al Mundial, es algo que me duele, pero bueno, así es esto. Lo más pequeño que hice fueron 30 viajes en avión. Fue muy duro venir y no jugar”, afirmó.
De hecho, el ariete confirmó que contra la voluntad de su club de aquel momento, el Bangkok Glass, salió de la institución para venirse seis meses a Saprissa e intentar estar lo más cerca posible del equipo dirigido por Óscar Ramírez.
No le importó dejar de recibir más dinero y pese a que el propio dueño del Bangkok le pedía que no los dejara, él prefirió luchar por su sueño deportivo.
“Cerré bien previo al Mundial, fui campeón y goleador, pero al final de nada sirvió. Yo amo a la Selección y a mi país, pero ahora pienso en mí. Yo hice un esfuerzo que al final no valió la pena”, añadió.
“Yo siempre di todo, siempre que jugué hice gol, con la presión que todo el mundo decía que debía jugar y anotar. Al final metí goles, y lo di todo, eso me deja tranquilo, pero siento nostalgia porque sé lo que perdí por eso. Yo pude asegurar más mi vida y hasta me peleé porque me dejaran venir”, acotó.
Rodríguez contó que el dueño del cuadro tailandés le adelantó que no iría al torneo del orbe.
“El presidente del equipo de Tailandia me dijo: ‘Vea si a usted lo llevan al Mundial déjese ese dinero que le toca al club’. Al final, él me dijo que me equivocaba y que no iba a ir al Mundial”, señaló.
Rodríguez recordó que en su época para ponerse la camisa de Costa Rica tuvo que hacer más de 20 goles tanto con Saprissa como fuera del país, situación que siente ahora no se da.
“Yo tengo 31 años, pero ahora pienso en mí. Si se da la oportunidad pues la tomaré, pero ahora yo soy más consciente de mi futuro”, profundizó.
A estudiar. Ariel se propuso a partir de este año cumplir una meta que se debe: finalizar su educación. El delantero llegó hasta noveno año, pero es consciente que quiere finalizar el proceso.
“No terminar los estudios es mi error, tengo ese arrepentimiento, todavía lo puedo hacer. Estoy en noveno, tengo que terminar y hacer bachillerato. Este año comencé a estudiar y espero lograrlo para estudiar terapia física o para profesor de educación física”, mencionó.
Ariel revivió la lección que le dio la vida cuando a los 15 años se convirtió en padre.
“Yo tenía 15 años, fue un balde de agua fría. El primero que se dio cuenta fue mi hermano. A mi mamá no le dije, pero fue un susto muy grande, aunque fue una ‘torta’ en aquel momento, después me cambió la vida porque yo no estaba en los caminos correctos. Muchas de las amistades que yo tenía ya no están con nosotros.A la mayoría los han matado. Mis hijas me salvaron y luego yo me agarré de la única salida que tenía, que era el fútbol”, finalizó.