Alajuelense, bajo el mando de Andrés Carevic, tiene en cuatro fechas una idea muy clara. Los manudos, con su estilo de fútbol dinámico, vertiginoso y ordenado saben ofender al rival, marcarle y golearlo. Los erizos también saben aplicar esa conocida frase que una vez utilizó el técnico saprissista Wálter Centeno: pegar baile.
Los liguistas le pasaron por encima a Pérez Zeledón en su cancha y jugándose el liderato en 90 minutos. Los rojinegros hicieron lo que quisieron con el equipo más estratégico del fútbol tico, ese mismo que apuesta por el cero atrás antes de cualquier gol a favor, el Pérez de José Giacone.
El timonel generaleño, con ceño fruncido, no entendía cómo su muro impenetrable ahora se veía resquebrajado con cada embestida liguista. Por izquierda, por derecha, en el centro, por aire, por donde sea... La Liga siempre entró.
A la Liga se le ve hambre de liderato, luego de tres victorias consecutivas de forma convincente sin importar si se juega en el Morera Soto o en condición de visitante. La forma de juego rojinegra es tan clara que se puede describir con facilidad.
La fortaleza del equipo de Carevic radica en sus bandas: Ariel Lassiter y Allen Guevara, junto a Facundo Zabala y Kenner Gutiérrez dan una vitalidad a las alas como las que tiene un halcón en pleno acto de caza. Los dos sectores vuelan, hacen desdobles, penetran hasta línea de fondo y se crean ocasiones.
Allen tuvo su chance para marcar, también Kenner llegó a verse cara a cara con el arquero rival, Bryan Segura, y Ariel Lassiter fue el que mejor aprovechó la opción que tuvo para anotar con un trallazo de larga distancia al ángulo derecho del marco, para el segundo tanto.
Lo de Ariel es de destacar, porque también asistió en el primer tanto a Jonathan Moya, cuando se combinó con Zabala, una serie de pases que enloquecieron a Heiner Mora. El zurdo erizo centró y el atacante solamente definió para el 1 a 0.
Ante los Guerreros del Sur el estelar en ofensiva fue Moya, Róger Rojas esperó en el banquillo con Marco Ureña y Jonathan McDonald ni siquiera estuvo en convocatoria, pero la Liga ni lo extrañó. Tanto Moya como Ureña y Rojas acabaron contabilizando anotación.
El sistema de rotación del entrenador argentino mantiene a todos descansados, a todos alertas, a todos en franca lucha por ganarse un puesto.
La forma en que la Liga golea es muy diferente a la manera en la que otros lo han hecho. Por ejemplo, mientras Santos aprovechó el contragolpe para llenar de goles al Saprissa, los rojinegros arman desde atrás, tienen posesión y saben definir. Su tenencia de la pelota no es abrumadora, empero sí es la necesaria para crear peligro.
Luis Garrido, contrario a lo que mostró en el pasado, sabe que su trabajo no es dar salida sino recuperar y transitar rápidamente a Alex López, para que él sin obligaciones prioritarias defensivas, pueda administrar el esférico. El ’10′ catracho cumple: balón a sus pies, pelota a las bandas; ahí Cusuco y Lassiter se encargan del resto.
La tercer celebración rojinegra ante Pérez fue una obra magistral del contragolpe. Adonis Pineda rechazó a un costado una pelota aérea, Alex López tomó el rebote y habilitó largo a Lassiter, Ariel centró para Moya y el '9′ se la dejó servida a Marco Ureña para que hiciera su primer gol.
La cuenta de 4 a 1 la cerró Róger Rojas con una jugada similar, al firmar un ataque en el que Moya le sirvió el gol.
Los jugadores del Pérez se volvieron a ver desconcertados, corrían detrás de la pelota, detrás de Ariel, detrás de Allen, pero no conseguían detenerlos. El olé se apoderó de la gradería desde el minuto 70 y se mantuvo hasta el final, en el campo era claro que había un baile y solo un equipo jugando.
La profundidad que da el banquillo manudo es única para el manejo de las circunstancias de juego. José Miguel Cubero ingresó a recobrar la media cancha cuando Anthony López se cansó, Ureña renovó las piernas por el extremo derecho y Ro- Ro entró con una sed insaciable de anotación para aniquilar a los Guerreros.
Por mejorar. En el sistema liguista, aunque hay situaciones destacables, hay otros puntos de mejora u oportunidades para el rival.
La única falla que tuvo el León en su zaga terminó en anotación de los celestes. Jeikell Medina le robó una pelota a Garrido en salida, se adentró en el área y disparó para marcar.
Ante esto Carevic explotó en irá y exigió no complicarse y meterle dinámica a la transición para evitar esas pérdidas.
Alajuelense no pasa incomodidades por las condiciones de sus adversarios, sino más bien por sus propios errores, aunque frente al Pérez solo fueron dos; el otro fue de Kenner Gutiérrez al devolver un balón a Adonis.
El León es líder del Apertura 2019, llega con confianza al clásico de este sábado a las 7 p. m. en el Morera; claro, ese es un partido diferente; sin embargo, mandó un mensaje: también sabe pegar baile.