El Ricardo Saprissa tan solo puede estar al 25% de su capacidad, pero la afición que llegó el miércoles al estadio se encargó de recordar los mejores ambientes de las fases finales. Desde minutos antes del pitazo inicial, aparecieron los cánticos, las mantas, globos, serpentinas y humo con los colores morado y blanco.
Atrás quedó el silencio y los goles se celebraron con más de 5.000 voces. Todo eso lo extrañaban los seguidores, pero también los futbolistas, quienes en muchas ocasiones se sienten empujados a buscar mejores resultados gracias al apoyo.
En ocasiones también aparecen los reclamos y las silbatinas, aunque nada de eso pasó en la ida de la semifinal entre Saprissa y Herediano, porque el conjunto local se dio un festín, con tres goles a favor y ninguno en contra.
Antes de que se diera ese marcador ya todo era felicidad en la Cueva. El reducto morado se transformó en una fiesta, sobre todo cuando los protagonistas pisaron la cancha. Fue en ese momento en que el zaguero Kendall Waston estuvo a punto de llorar.
“Cuando entramos a la cancha veo todo el humo morado, papeles blancos... hasta se me erizaba la piel, volví a ver al cielo y casi se me salen las lágrimas de la emoción, estaba mentalizado en hacer un buen papel, ganar. A mí me apasiona esta institución y con la afición, más. Todos los partidos sin afición eran aburridísimos, la verdad, pero con afición es otra cosa, más que sabemos que la afición de Saprissa empuja tanto”, resaltó el defensor.
Para el espigado jugador, el soporte de los aficionados se siente y juega un papel importante: “fue vital el apoyo”, añadió.
Ya Saprissa había jugado con público ante Sporting y San Carlos, pero la semifinal marcaba un punto y aparte, porque era el primer juego de fase eliminatoria. Los cánticos, aplausos y ovaciones venían con un sentimiento diferente.
De la misma forma lo sintieron los autores de los goles, celebrando por todo lo alto las tres alegrías que deseaban compartir con los morados.
“Con esta afición tan grande, y ver este estadio así, es rico celebrar con toda la gente”, reconoció Orlando Sinclair, quien dejó clara su emoción al concretar el 1-0. Jimmy Marín también se dio gusto gritando su gol, mientras la afición se daba gusto.
Saprissa volvió a sentirse respaldado y respondió con goles. Tambien apeló a su ADN morado, ese que lo hace un club difícil de vencer cuando está motivado.
“Nosotros mismos nos carboneamos bastante, cuando llegamos a estas instancias debemos sacar la casta morada, pero más allá de hablarlo, nos gusta demostrarlo, uno puede hablar y no demostrarlo, pero sinceramente, con el respeto que se merece todo mundo, sabemos que cuando estamos en estas instancias siempre se da como un plus”, añadió Waston.
Saprissa jugará ante Herediano el próximo domingo a las 7:30 p. m.
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Los morados que llegaron al Ricardo Saprissa se encargaron de recordar los ambientes al mejor estilo de una semifinal. (Jose Cordero)