Tres partidos y un punto. Solo un estratega se fue más rápido que Luis Roberto Sibaja del banquillo liguista : Theodorus Cremmers.
Un partido (derrota ante San Carlos) duró Cremmers, en el arranque de la campaña 1986-1987. Al holandés se le levantó el equipo y lo despidieron.
Nelson Morera tomó el banquillo como interino y solo duró un juego. Carlos Watson lo relevó para entregarle, finalmente, las riendas al checo Josef Bouska, quien terminó aquel torneo.
Para Cremmers fue su segunda, y fallida, gestión con los manudos pues estuvo al frente por tres encuentros de la pentagonal de la temporada 1985-86.
No ganó un solo partido y la directivos lo envió a entrenar las ligas menores. Carlos Watson terminó ese campeonato y perdió la final ante el Herediano.
Otro caso muy similar es el de Salvador Soto, quien en 1969 dirigió tres partidos para luego renunciar al cargo tras una victoria, un empate y derrota.
Otros cinco entrenadores permanecieron en el cargo por solo un partido, pero no lo hicieron nombrados oficialmente sino que surgieron como interinos.
Llama la atención el caso de Ivan Mraz, nombrado para el partido de vuelta de la final 1993-1994, ante Saprissa. Ganó el juego pero no evitó la coronación de los morados. Colaboraron Arnoldo Rivera y Gerardo Coto.