¿Cuál es el balance que hace FIFA y Concacaf de la organización de este Mundial?
Puedo decir que Concacaf y FIFA están muy orgullosos del gran trabajo que Costa Rica hizo. Es un gran sentimiento el que deja este tipo de preparación. Esta es la primera vez que Centroamérica organiza un Mundial de fútbol (Guatemala fue sede de uno de futsal en 2000) y hacerlo con esta magnitud nos deja emocionados. Deja muy bien al fútbol de Costa Rica y de la región.
¿Qué es lo que más le gustó?
Que en organización fue un torneo excelente, muy profesional, de clase mundial. En Costa Rica la gente come y respira fútbol, tiene gran pasión y compromiso con este deporte y lo reflejó durante el torneo.
Eduardo Li siempre dijo que usted jugó un papel determinante en recuperar la sede del Mundial, ¿qué le dijo a FIFA?
Cuando se perdió el derecho de organización, Eduardo me pidió su apoyo como vicepresidente de la FIFA y máximo representante de Concacaf. Habían muchas dificultades, pero tanto él, como la presidenta Laura Chinchilla me aseguraron que iban a entregar un gran Mundial. Lo prometieron y lo hicieron.
¿Tuvo temor?, porque prácticamente puso su nombre como garantía en el Comité Ejecutivo de FIFA al pedir el Mundial...
Es que desde la primera junta que tuve con Eduardo y la Presidenta pedí que se me entregaran ciertos planeamientos de proyectos antes de ir a FIFA. Cuando los tuve en la mano, tuve confianza total. Ellos estaban comprometidos.
¿Existen posibilidades reales de que Costa Rica organice un nuevo Mundial menor, pero ahora en masculino?
Costa Rica puede hacerlo. Tuve una reunión con los presidentes de Uncaf (el viernes) y les dije que en unos años íbamos a buscar un Sub-17 o Sub-20 masculino, que fueran analizando sus posibilidades. Ya han manifestado interés Honduras y Guatemala, también México, pero con este Mundial, Costa Rica probó que puede tener competencias mundiales de alto nivel.
¿La manera en que la afición apoyó puede tener peso en una decisión de ese tipo?
Eso es demasiado grande, enorme. Hace unos meses vimos el campeonato europeo con estadios vacíos y eso no es bueno para el juego. No es la experiencia que uno quiere que jóvenes jugadores tengan. La pasión de la gente de Costa Rica por el fútbol, que esté en su identidad y en su ADN es algo que se ve bien para albergar otros torneos.
Se sabe que en el fútbol femenino hay brechas entre las regiones, ¿es vital para FIFA reducirlas?
Más bien, como Concacaf ha sido históricamente la mejor confederación femenina, con múltiples campeones mundiales y olímpicos, queremos seguirlo siendo. Ya otras regiones nos están alcanzando y tenemos que asegurarnos que eso no pase. Por eso estamos promoviendo los programas femeninos Sub-15 para empezar el desarrollo mas temprano de sus habilidades. Así llegarán a los torneos con 40 o 50 partidos de preparación y no diez.
Eso en cuanto a los resultados deportivos, ¿pero en cuanto a participación y oportunidad?
En ese aspecto hemos invertido mucho en el desarrollo. Concacaf gasta el 87% de sus ingresos en programas de desarrollo de jugadores, entrenadores e instalaciones. Pero definitivamente las niñas tienen que tener más apoyo. Yo he viajado por Concacaf y en algunas partes no hay buenas condiciones. Tenemos que darles esa oportunidad, dado que el fútbol es algo que todos deberían disfrutar y compartir.
¿Quedó atrás el estigma social de las mujeres que juegan fútbol?
En Concacaf creo que sí, pero en otras partes del mundo, como en Medio Oriente, sigue siendo un fenómeno nuevo. Para mí fue demasiado gratificante estar en la reunión en que se aprobó que Jordania albergara el próximo Sub-17 Femenino, en el 2016, que es una región donde no muchas mujeres tienen oportunidad de jugar y en algunos casos hasta es prohibido.