El equipo talentoso y tenaz que se instaló en la primera final mundialista de su historia, sobreviviendo a tres partidos que se definieron en el alargue — dos por penales — simplemente esta vez no pudo ante una Francia dinámica y con mejor pegada.
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Zlatko Dalic, técnico de Croacia, reacciona de esta manera al finalizar la final ante Francia, este domingo. Fotografía: AFP (KIRILL KUDRYAVTSEV/AFP)
Pero pese a perder el título, en la selección de Croacia el mensaje es claro: estar orgullos de llegar hasta la disputa final.
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“Desde luego que estamos tristes, abatidos”, reconoció el técnico Zlatko Dalic durante la conferencia de prensa posterior al encuentro. “Pero les dije a nuestros jugadores que no debían estar tristes... Si alguien nos hubiera ofrecido la oportunidad de ocupar el segundo puesto antes de este torneo, creo que habríamos pensado que eso era grandioso”.
Los croatas llevarán a casa la medalla del segundo puesto y el recuerdo del mejor desempeño en la historia de su fútbol. Luka Modric, su motor en la media cancha, exhibirá orgulloso el Balón de Oro que se le entregó el domingo como mejor jugador del Mundial.
Pero seguramente los jugadores y las decenas de miles de seguidores croatas que se dieron cita en el estadio Luzhniki rumiarán por largo tiempo la idea de qué habría ocurrido en este recinto si la selección balcánica hubiera llegado a la final sin tanto rodaje extenuante en sus duelos de eliminación directa o hubiera tenido mejor suerte ante los galos.
“Jugamos bien los primeros 20 minutos, controlamos el partido. Luego vino este autogol en una acción a balón parado. Volvimos a la vida, luego nos marcaron el penal”, lamentó Dalic. “En una final de Copa del Mundo no marcas un penal así, pero eso de ningún modo le resta mérito al triunfo de Francia”.
Incluso, habrá quien diga si la invasión de cancha a cargo de cuatro personas en el comienzo del complemento distrajo a los croatas. Momentos después de que el personal de seguridad controló la situación, Francia asestó las estocadas mortales, con tantos de Kyliay Mbappé y Paul Pogb
“En los primeros seis partidos, tal vez nos favoreció algo la suerte. Hoy no”, dijo Dalic.
Muchas circunstancias imprevistas, pero ninguna trascendente. Francia se impuso simplemente porque jugó mejor y tuvo más empaque para capitalizar las circunstancias del encuentro y obtener el segundo cetro en su historia.
Si los croatas pudieron acercarse después en el marcador fue solo por un error grosero de Hugo Lloris, que no importó ya.
“Ahí comencé a confiar otra vez, pero es muy difícil remontar contra un rival tan complicado como Francia”, valoró el estratega.
Croacia seguirá buscando el primero. Habrá que ver si tiene una nueva oportunidad o si Modric, Mandzukic e Ivan Rakitic se unen en definitiva a Ferenc Puskas, Johan Cruyff, Roberto Baggio y otros grandes jugadores que perdieron finales mundialistas y jamás regresaron.
Para Dalic, mientras existan ciertas condiciones, siempre es posible que Croacia vuelva a estas alturas.
“En nuestro autobús tenemos un eslogan: un pequeño país con grandes sueños. Es un buen mensaje para todos” , indicó. “Si trabajas duro y tienes buenos jugadores, puedes obtener un resultado. Tienes que creer que es posible... es un gran mensaje para todos los países pequeños... pero hay que tener una lista de deseos, ambición, y seguir todo eso, trabajando”.
Bajo el aguacero torrencial que sobrevino en la ceremonia de premiación, los jugadores croatas dieron la vuelta olímpica, aplaudidos por su público, que no olvidará fácilmente a esta generación y sus emocionantes gestas en Rusia.