Londres. EFE y AFP. Jose Mourinho, técnico del Chelsea, la emprendió ayer contra los árbitros a los que acusó de perjudicar a su equipo.
Según el entrenador luso, existe una campaña de presión sobre los silbateros para afectar a su escuadra, que marcha como líder de la Premier League.
“Los medios de comunicación y comentaristas y otros directivos ejercen una presión sobre los árbitros. Hay una campaña contra el Chelsea. No sé por qué y no me importa”, resaltó Mourinho ayer.
El estratega reclamó que al equipo londinense no le pitaron un claro penal en el choque que terminó con empate a 1 ante el Southampton, que ascendió al cuarto lugar.
La acción fue contra el volante español Cesc Fábregas, quien fue trabado por Matt Targett; no obstante, el central Anthony Taylor amonestó al futbolista del Chelsea al considerar que fingió.
“Todo el mundo sabe que fue penal. El árbitro cometió un error. La gente comete errores y cometió un gran error. Es un buen árbitro y un buen tipo; es joven, tiene años y años de fútbol por delante, pero es un gran error”, insistió Mou.
“En otros países en los que he trabajado, esto sería noticia de portada” , agregó Mourinho, que calificó la decisión del árbitro como un “escándalo absoluto”.
Traspié. Entre tanto, el Manchester City desaprovechó que el Chelsea no pudo ganar para recortarle puntos.
El cuadro de Manuel Pellegrini tampoco pasó del empate a 2, en casa, ante el Burnley, uno de los coleros, pese a que los locales iban ganando 2 a 0.
Por esta razón, aún son tres puntos la diferencia en la tabla entre el líder Chelsea y el City.
“Está claro que no pudimos mantener la intensidad. El primer gol fue importante para el Burnley. Jugamos bien en la primera parte, pero el Burnley marcó un gol en fuera de juego en el primer minuto de la segunda parte y luego otro”, resumió.
El tercer lugar de la clasificación, Manchester United, también empató, ante Tottenham.