México
En el debut del colombiano Juan Carlos Osorio como su director técnico, la selección mexicana de fútbol venció ayer 3-0 a la salvadoreña en el mítico estadio Azteca.
Andrés Guardado, al minuto 7, Héctor Herrera, al 41’, y Carlos Vela, al 63’, hicieron los goles para este triunfo que no reflejó con total fidelidad la superioridad de la escuadra mexicana.
El equipo salvadoreño se vio sumamente endeble y no causó ni un solo peligro en el área local pero pudo salir de la cancha sin quedar demasiado lastimado.
No hubo que esperar mucho tiempo para que se notaran las enormes diferencias entre la Selecta y el Tricolor que ejerció un dominio total pero despilfarró numerosas aproximaciones.
El primer gol tampoco tardó en llegar. Guardado convirtió el 1-0 con un tiro libre. La pelota superó la barrera y entró al arco por el ángulo superior derecho.
El cuadro salvadoreño no tuvo capacidad de reacción y para poder liberarse de la asfixiante presión mexicana solo le quedaba la opción del pelotazo.
Para los laterales visitantes el juego fue una pesadilla. Ibsen Castro la pasó mal por derecha ante las embestidas de Jesús Corona mientras que por izquierda Juan Barahona padeció con la presencia amenazante de Vela.
Javier Chicharito Hernández, que tan fino ha estado de cara al arco con el Bayer Leverkusen alemán, puso una pelota en un palo y conectó un par de cabezazos de defectuosa calidad.
Justo cuando había perdido intensidad ofensiva, el Tri consiguió el 2-0 poco antes del descanso. Herrera punteó un pase para Chicharito. No hubo remate del ariete, la pelota picó en el área y terminó en la red.
En el arranque de la segunda parte, Hernández por fin pudo embocar la bola en el arco, pero el gol le fue anulado por juego peligroso en la jugada anterior.
El marcador comenzó a reflejar más lógica con el 3-0. Con un toque fino sobre el arquero, Vela definió un pase filtrado del Jesús Tecatito Corona.
El partido se volvió tedioso y el equipo mexicano vino a menos en su volumen de juego.
Al final, el debut del sudamericano Osorio en el banquillo de los aztecas fue más que tranquilo y con sello goleador.