Valencia, España. efe El Barcelona no desaprovechó el tropiezo del Real Madrid para ampliar a 11 puntos la distancia con su eterno rival, tras superar ayer por un contundente 4-0 al Levante en un encuentro muy nivelado en el primer acto, pero que Andrés Iniesta se encargó de desequilibrar junto a Lionel Messi en la segunda parte.
Veinte minutos de un Iniesta en estado de inspiración fueron suficientes para que el Barcelona arrollara a un rival que le había plantado cara en los primeros 45 minutos, pero que se tuvo que rendir ante la magia de Iniesta y el acierto de Messi de cara al gol.
Todo el gran trabajo defensivo del Levante (donde no jugó el tico Keilor Navas) se vino abajo nada más al comenzar el segundo acto. En apenas siete minutos, la sociedad formada por Iniesta y Messi hizo trizas la zaga local, en dos jugadas del manchego que culminó el argentino, quien sigue en estado de gracia de cara al gol.
Los dos goles recibidos fueron un mazazo para el Levante y dieron rienda suelta a la fantasía del Barcelona, que por si quedaba alguna duda quedó resuelta en un descomunal disparo de Iniesta que firmó el 3-0 y sentenció definitivamente el encuentro con más de media hora de juego por delante.
Iniesta aún guardaba más magia en sus botas y de nuevo una gran acción suya acabó en gol, tras asistir a Cesc. Los seguidores del Barcelona cantaban: “Campeones, campeones” y es que el Real Madrid ya queda rezagado a 11 puntos de los de Tito Vilanova, que quizás tengan que empezar a preocuparse más por el otro club de la capital.
A las puertas del derbi madrileño del próximo sábado en el Santiago Bernabéu, el único capaz de discutir la tiranía barcelonista es el Atlético del argentino Diego Pablo Simeone.
El Atlético destrozó ayer 4-0 al Sevilla en un partido fácil en el que Radamel Falcao concretó un gol.