Italia sudó ayer todo un océano para derrotar 4-3 a Japón, en el que, sin duda, ha sido el mejor y más diputado encuentro de la Copa Confederaciones 2013.
La agónica victoria le garantizó a los subcampeones de Europa su clasificación, junto con Brasil, a las semifinales del certamen, ambas selecciones con seis puntos al cabo de dos jornadas en el grupo A.
Pese a la superioridad de Japón en buena parte del partido, Italia demostró una mayor efectividad en la red que le sirvió para dejar a los asiáticos fuera de la Copa.
La Azzurra , que sufrió por las temperaturas elevadas de Recife, se esforzó más de lo esperado para contener a Japón; empató en el segundo tiempo y anotó el gol de la victoria a cinco minutos del final.
Apoyada por casi todos los asistentes al estadio Arena Pernambuco, la selección nipona mostró una gran evolución en su fútbol.
Los japoneses mostraron un juego sin complejos, llevando la pelota de pie a pie y desbordando a gran velocidad por los costados.
La suerte, algunas veces, y los palos en otras, jugaron a favor de una defensa italiana que en muchos tramos del partido lució impotente ante los ataques rivales.
El planteamiento ofensivo de los nipones sorprendió a la zaga italiana, que al 33’ ya había visto caer su arco en dos ocasiones.
Los goles de Keissuke Honda y Shinji Kagawa empujaron a Italia a buscar la forma de evitar el naufragio. Daniele de Rossi, al 41’, halló el descuento en un tiro de esquina y, tras el descanso, un autogol de Uchida les dio la paridad.
Mario Ballotelli (al 43’) aumentó la cuenta de penal y le dio a los italianos un poco de tranquilidad en medio de la tormenta.
Sin embargo, la paz fue un suspiro. Japón no desistió y Shinji Okazaki empató con un cabezazo ( 69’).
Encerrada, Italia se limitó a soportar el acoso nipón y a lanzar la bola lejos en busca de un contragolpe. La a receta le dio resultado y al 86’, Sebastián Giovinco empujó a la red un 4-3 definitivo, que a muchos les pareció injusto.