Santa Ana. Japón portará el cartel de favorito en cada pique, en cada pase, en cada remate que haga durante la final del MundialFemenino Sub-17 Costa Rica 2014.
Los 21 goles anotados y solo uno recibido, el 100% de rendimiento en los cinco partidos que disputó y la fluidez en su estilo de juego les ponen ese peso sobre sus hombros.
Sin embargo, a sus jugadoras parece no importarles. Es como si disputar la final de un torneo planetario fuese algo de lo más normal en sus rutinas de adolescente.
Esa es la impresión que dieron ayer durante el entrenamiento matutino que tuvieron en la cancha natural de Piedades de Santa Ana.
Juegos, risas, bromas; lo normal en un grupo de jóvenes de 17 años para abajo. No se notó nada de la presión o la ansiedad que uno pensaría que se acumula en el alma de alguien que está en los albores de una oportunidad única en su vida.
Empero, eso es lo que se refleja hacia afuera, a lo interno, aseguran que enfrentarán la final contra España con toda seriedad.
Eso se vio cuando fue tiempo de usar el balón en la práctica, ya que mostraron que divertirse no es ajeno a la disciplina.
Es más, aducen que ni siquiera piensan en el resultado de 2-0 que obtuvieran ante las ibéricas en la primera ronda, en un compromiso que se disputó en el Saprissa.
“Ya hemos jugado contra ellas, sabemos qué tipo de fútbol realizan. Eso nos lleva a concluir que son un rival difícil y que no tenemos por qué confiarnos en este momento”, adujo la capitana y cerebro de las asiáticas, Hina Sugita.
Razones. La volante nipona tiene buenas razones para alejar la petulancia. Estuvo en el Mundial de Azerbayán 2012, en el cual Japón también apabulló a todos en la fase inicial, pero cayó sorpresivamente en cuartos de final ante Ghana.
“Jugué poco, pero desde afuera aprendí mucho. Ahora sé que es mejor concentrarse en un partido a la vez. No pensar más allá”, dijo.
“España es una selección complicada. Tal vez, cambien a algunas jugadoras, pero la idea y el sistema será el mismo. Por eso deberemos estar concentradas”, dijo la técnica Asako Takemoto.