Moscú (AFP). Ricardo Gareca aterrizó en la selección peruana en 2015 y más allá de los espectaculares resultados deportivos, con la primera clasificación al Mundial en 36 años, truncada tras dos derrotas, queda la identidad, el proyecto y la confianza en unos jugadores que han resucitado un fútbol moribundo.
“Con el tiempo nos dará beneficios, Perú tiene un potencial enorme, con buenos jóvenes y ellos han vivido lo que es un Mundial. Creo que Perú, si recibe el apoyo que merece, tiene mucho futuro”, dijo el argentino tras caer ante Francia por 1-0, mismo resultado que los incas cosecharon en la primera jornada ante Dinamarca.
A falta de jugar un trámite para acabar con buen sabor de boca el martes ante Australia en Sochi, Perú ya puede comenzar a hacer balance.
En el debe de la Blanquirroja, sin duda la falta de gol. Según Gareca, el equipo tuvo hasta 10 ocasiones en 180 minutos ante Francia y Dinamarca, sin llegar a convertir, e incluso Christian Cueva falló un penal en el primer duelo.
Curiosa esta falta de pólvora cuando precisamente los mayores referentes del fútbol del país, Paolo Guerrero y Jefferson Farfán, juegan de delanteros.
Tras desaprovechar varias opciones claras frente a los daneses, a Guerrero no le fue mejor contra Francia. No convirtió la ocasión más clara en la primera parte y una pérdida de balón suya estuvo en el origen del gol definitivo de Kylian Mbappé.
“Tuvo un cara a cara y no tienes muchos en un partido del Mundial, pero la suerte no le sonrió. Ha hecho lo que ha podido. Estuvo parado varios meses”, dijo Gareca sobre el capitán, que acabó entre lágrimas.
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En el resto de aspectos del juego, Perú tiene poco que reprocharse. En ataque ha mostrado un estilo claro, asociativo y ofensivo, mientras que en defensa ha sido un bloque ordenado solo roto por un contragolpe danés y un rechace de Alberto Rodríguez que únicamente tuvo que empujar a la red Mbappé.
Sin duda, Perú tiene los jugadores para seguir compitiendo. Más allá de Guerrero y Farfán, de 34 y 33 años, el único titular habitual que supera la treintena es el central Rodríguez (34). El resto de la columna vertebral tiene muchos años de fútbol por delante, empezando por el mediocentro Renato Tapia, de 22, conocido como "el capitán del futuro".
¿Y ahora? Perú debe aprovechar el legado que ha dejado su regreso al máximo nivel. El fervor creciente en las eliminatorias suramericanas y la explosión provocada por la clasificación, en detrimento de la vigente doble campeona continental Chile, tiene que dejar un poso.
“Esta experiencia nos va a servir de mucho. Poder competir a este nivel es muy importante. Nuestra intención era venir a competir, ver dónde estamos. Ambicionamos cosas mejores, pero el tiempo y el crecimiento nos van a potenciar”, añadió Gareca.
En un clima marcado por el conformismo y la indisciplina de los jugadores, Perú había perdido el rumbo con las potencias del continente cuando el director deportivo de la federación, la antigua figura Juan Carlos Oblitas, ofreció las riendas de la selección al antiguo goleador argentino en 2015.
“Lo importante ha sido el proceso, el proyecto, tiene que haber una estrategia deportiva. Contratamos a Gareca con su equipo y empezamos a trabajar con una política deportiva”, señaló antes del Mundial.
“En algún momento las personas que estamos nos vamos a ir y temo que los que vengan corten todo esto, ese sería el gran fracaso”, añadió sobre la necesidad de dar continuidad al trabajo realizado.
La locura por la Blanquirroja ha llevado a casi 40.000 peruanos a seguir sus andanzas por Rusia. Los jugadores, al menos, intentarán ante Australia dedicarles el primer gol inca en un Mundial en casi cuatro décadas.