Dinamarca-Croacia: El duelo de penaleros entre el hijo de la leyenda y el eterno suplente

El danés Kasper Schmeichel pudo entrar en la historia de su país, en la que ya está su padre, Peter. Pero apareció Subasic y detuvo tres penales

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La leyenda espera en la grada. Nervioso, inquieto. De su hijo depende que Dinamarca continúe con vida en el Mundial. El lanzador es el bastión croata, Luka Modric, pero el hijo del gran danés Peter Schmeichel se recuesta sobre su palo izquierdo, adivina la trayectoria del balón y lo detiene. Y alarga el partido hasta los penales.

En otras circunstancias, este duelo habría capultado a Kasper Schmeichel entre las glorias de su país... de no ser por Danijel Subasic, el otro guardavallas de esta serie de octavos de final. El cancerbero de Croacia repelió tres disparos en la tanda para sellar el pase a cuartos de final.

Un duelo de penaleros. El hijo de la leyenda danesa y el croata que hoy es leyenda. Subasic, portero del Mónaco de Francia, tardó en aparecer con protagonismo en una Copa del Mundo.

Fue el eterno suplente de Stipe Pletikosa, quien defendió como estelar el arco de Croacia en tres mundiales hasta su retiro. En esta cita le tocó a Subasic asumir la batuta y no desentonó.

El croata igualó al portugués Ricardo como los únicos porteros que han logrado detener tres remates en una tanda de penales en una Copa del Mundo.

Con 33 años y 1,91 m de estatura, Subasic repelió los disparos de Christian Eriksen, Lasse Schone y Nicolai Jorgensen, aunque al final la FIFA le entregó el premio al mejor del partido a Schmeichel, al valorar el gran desempeño del danés durante los 90 minutos.

El guardavallas rubio y alto llegó algo triste a recoger el trofeo de FIFA. Cómo no, además de parar tres penales, terminó su participación mundialista con 21 atajadas, liderando el ranquin.

“Esta es una sensación extraña. Tengo una enorme decepción, pero a la vez un orgullo tremendo por nuestro rendimiento. Tuvimos la oportunidad y creo que fuimos mejores en la segunda parte. Es difícil explicar las emociones que sentimos en este momento”, apuntó Schmeichel.

También lo sufrió su padre Peter Schmeichel, que hace solo unos días se apareció por Costa Rica a grabar un programa de televisión; entrevistó a Patrick Pemberton, a Daniel Colindres y a Johan Venegas. En el duelo entre daneses y croatas las tomas lo persiguieron.

Ganador de la Eurocopa de 1992 con Dinamarca, Schmeichel forjó la mayoría de su carrera en el Manchester United, en donde ganó la Liga de Campeones de Europa y una decena de títulos.

Curiosamente, jugó en el final de su carrera con el archirrival de los Diablos Rojos, el Manchester City, en donde ya estaba instalado su hijo Kasper como parte de los equipos menores. Al parecer, el salto de Schmeichel colaboró con el crecimiento deportivo de su hijo en su club.

Siempre se especuló sobre el verdadero potencial de Kasper, que no se afianzó en el City y brincó por clubes de Primera y segunda categoría en Inglaterra, hasta que llegó al Leicester.

En este equipo se consagró y ganó el único título de Premier League de la historia, con un desempeño alto. Estaba teniendo un buen mundial y así lo demostró frente a los croatas.

Schmeichel se quedó en el camino pero Subasic continúa con vida. Previo a la tanda de penales, el croata caminó al vestuario y se cambió los guantes, por cábala al parecer.

Detuvo tres penales, pero después del tercero se notó molestó y le pidió a sus compañeros que anotaran al siguiente para ganar el partido.

Así sucedió. Luego fue levantado en hombros. Hoy Croacia celebra gracias a él.