“El entrenador del club me dijo: ‘No es que David Guzmán juegue mal, solo que en mi equipo está un joven que se llama Paul Pogba'".
Cuenta el agente de futbolistas Joachim Batica que en el 2010 le consiguió una pasantía a Guzmán en el Le Havre, un club francés de segunda división, pero conocido por formar jugadores que luego saltan a ligas top, como Lassana Diarra, Riyad Mahrez... y luego Pogba.
Batica consiguió la pasantía para su pupilo, pues el club andaba en busca de un volante mixto para reforzar el plantel. El representante pensó que podía ser una buena oportunidad para el futbolista tico, quien ya tenía un rodaje en selecciones nacionales, después de jugar dos mundiales menores.
Lo que no tenía previsto Batica es que en la cantera del Le Havre hubiera un joven tres años menor que Guzmán, de 1,91 m. y que jugaba en la misma posición.
No tardó en darse cuenta de que sería muy difícil que el costarricense pudiera llenar la plaza vacante. El jugador que se perfilaba era de menor edad, había nacido en Francia, de padre guineano y madre congoleña, la razón que explicaba su biotipo descomunal.
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"Una de las razones por las que no se quedó es que estaba Pogba. Si no hubiera estado, habría tenido más posibilidades", confiesa Batica desde Rusia, testigo de la copa que levantó Francia.
Vía telefónica desde el propio Estadio de Luzhniki, en donde se disputó la final entre croatas y franceses, Batica disfruta del título de su país y al mismo tiempo suma una anécdota más para el jugador que solo unos meses después fue firmado por el Manchester United.
Aquella transacción le dio la vuelta al mundo, a razón de que los Diablos Rojos convencieron a los padres del jugador de no renovar con el Le Havre para aceptar su oferta, con solo 16 años.
"Pogba simplemente era un joven con cualidades técnicas y físicas. Pero una cosa que lo hace diferente es la cabeza, usted lo ve, tiene la mentalidad de ir a ganar siempre", agregó.
Poco tiempo después levantó la Copa Sub-20 y finalizó como el jugador del torneo. Una carrera meteórica que lo llevó a la Juventus de Turín y luego de vuelta al United, quien pagó 120 millones de euros por recuperar a quien fue su futbolista.
El gol de su vida. En la final del Mundial anotó de pierna izquierda el tercer gol de Francia, clave en la consecución de la corona. Pogba emergió como un futbolista clave en el centro del campo, especialmente al registrar, a sus 25 años, el gol más hermoso de su carrera, el que desinfló la presión de Croacia en la final.
“Conocemos nuestras cualidades. Todos los jugadores soñaron con esto. No es ahora cuando las piernas tiemblan”, aseguró el jugador en Telefoot.
El centrocampista del Manchester United no había marcado aún en el Mundial. Sin embargo, fue decisivo en defensa, ganando feroces duelos en partidos eliminatorios y dando voz para motivar a las tropas.
“Me siento más cómodo hablando frente al grupo y me siento escuchado. Los mayores me escuchan y me animan a hablar. Tengo confianza para hacerlo en el vestuario”, apuntó Pogba.