Buenos Aires. “Vayan mis mejores augurios para el diez más grande de la historia del futbol”, expresó el técnico italiano Arrigo Sacchi al referirse a Diego Maradona con motivo de cumplir este medio siglo de vida.
Italia –y Europa en general– siguen rendidas a los pies de Maradona, a quien ponen claramente por encima de Pelé.
En España, Marca.com hizo una encuesta para elegir al mejor de todos los tiempos y el 72,7% se inclinó por Maradona. Segundo está Zidane con el 12,1, tercero Pelé con el 6,5, cuarto Cruyff con el 5,2 y quinto Di Stéfano con el 3,4.
¿Pelé o Maradona? En el octubre de cada año, cuando los dos superastros del futbol cumplen años, se reflota el análisis, la polémica, se hacen nuevas encuestas, surgen nuevas opiniones.
Naturalmente, por país o por regiones, hay una percepción diferente sobre el tema.
No obstante, las encuestas, todas, revelan un punto neurálgico en el voto: entre dos individuos de similares dimensiones, prevalece la fantasía, el talento, el plus de originalidad.
La gente valora la magia con la pelota por sobre todos los tópicos. Zidane nunca podría estar segundo en esta comparación; sin embargo, es innegable que el hincha prioriza lo poético de su juego, el romanticismo de su estilo.
Parece un disparate poner a Zidane por encima de Pelé, pero al mismo tiempo preguntamos: ¿Pelé hubiera picado un penal en una final del mundo como hizo el francés'? Sí, es verdad, acaso hubiese anotado tres goles en esa misma final, pero, repetimos, ¿hubiera picado un penal'?
Hay que estar rematadamente loco, ser un genio o poseer una valentía colosal para hacerlo. Zinedine lo hizo.
Para el hombre común esto tiene un valor gigantesco. Representa una acción heroica, épica. Es como decirle a un tiránico jefe en el trabajo: “Muérete”. Que el jefe responda: “Estás despedido”. Y que uno la cierre con un “Haz lo que quieras, imbécil”.
Comparación. Llevado al plano del boxeo podría decirse que Pelé era un noqueador nato, un Rocky Marciano; Maradona era Robinson o Alí; también tumbaba al adversario, pero además daba show , hacía el bolo punch , bajaba la guardia, sorprendía, encandilaba, bailoteaba. Y eso, finalmente, tiene un valor potentísimo, superior incluso a las estadísticas.
Por eso el “10” se cotiza más que el “9”, aunque este haga mil goles.
Pelé mata en los números. Nadie ganará tres Mundiales ni marcará 1.300 goles.
Sin embargo, no por ello puede decirle a Maradona, a Di Stéfano, incluso a Cruyff, que eran perdedores. El brasileño siempre reinará en las tablas, como Diego será eternamente el jugador más habilidoso de la historia.
Solo el pie izquierdo de Messi puede asemejarse al botín zurdo de Maradona. Los demás mortales no entran en la lista.
Notamos que el periodismo brasileño (y el mismo Pelé, hablando todos los días mal de Maradona) hace cada vez más un esfuerzo desesperado por mantenerlo en el trono de rey, pero no existe una sola encuesta en el mundo que lo dé ganador. Siempre el preferido es Maradona.
Con un agravante: Pelé cae progresivamente en la consideración, lo cual es llamativo porque los dos forman parte del pasado.
Es notable también porque mientras Pelé cuida celosamente la prolijidad de su imagen, Maradona ha hecho auténticos desastres con su vida, se ha enfrentado a todo, y aún así el veredicto lo beneficia. El recuerdo de su arte puede más.
En su patio. Latinoamérica es el único bastión donde Pelé aún conserva cierta supremacía o donde la consideración es pareja.
Aquí, la condición de argentino le juega decididamente en contra a Diego. Y aún así, la pelea de igual a igual.
Los amantes de la estadística enarbolan siempre los Mundiales de Pelé, a lo cual una nueva encuesta dictaminó lo siguiente: “Pelé ganó tres Mundiales y Maradona uno, pero éste fue más determinante en la conquista”.
“Pele –dice un lector– era un 9 que usaba la 10, por eso hacía muchos más goles”. Agudo análisis. Y es verdad: sin ese pequeño detalle tal vez ni habría comparación.
Pelé usó la 10 por un hecho fortuito. Brasil envió a la organización de la Copa del Mundo de 1958 su lista definitiva de jugadores con nombres, pero sin números.
Vencido el plazo, se le pidió a un directivo uruguayo presente que los numerara y este, sin conocer a quien sería el Atleta del Siglo, le adjudicó el número 10. O Rei era centrodelantero.
Diego jugó en la época de marcas más rigurosas del futbol. En los años 50 y 60 se marcaba menos a presión. Y hoy el reglamento es infinitamente más estricto.
Es como un sándwich en el que la parte del medio, la más áspera, le tocó a Maradona.
A propósito de esto y de la despiadada marcación a que lo sometió Claudio Gentile en el Mundial del 82, un lector de Il Mattino , de Nápoles, escribe: “Si aquel partido se jugara hoy, Gentile no estaría en el campo ni cinco minutos, son otras reglas”.
Pese a todo, para nosotros Pelé y Maradona siempre estarán en un plano de igualdad.
Pelé cumplió 70 años, Maradona 50. En una década, de nuevo estaremos analizando quién fue el mejor de todos.
Entonces, tal vez nos preguntemos: ¿Pelé, Maradona' o Messi?