Al grito de "¡Argentina!, ¡Argentina!", varios cientos de personas enfundadas en banderas celestes y blancas se concentraron espontáneamente alrededor del Obelisco enclavado en pleno centro porteño y tradicional testigo de los festejos deportivos en el país sudamericano, con una fuerte impronta futbolera.
Más temprano, durante el partido, el lugar estaba desierto como el resto de la ciudad a excepción de los puntos donde la alcaldía había montado pantallas gigantes para seguir el encuentro.
En la Plaza San Martín, en el barrio de Retiro de la capital argentina, miles de personas desafiaron el frío y la llovizna que cayó por momentos para ver el crucial partido en una pantalla levantada en el paseo público.
Con banderas, gorros, bufandas y casacas argentinas, gente de todas las edades miró expectante el partido que definió el pase a cuartos de final en la cita mundialista.
"Contundente y letal, Argentina pasó a México y está en cuartos de final" tituló el diario Clarín en su página web.
"No jugó bien, pero va por Alemania", sostuvo el matutino. "Una ilusión que crece, Argentina a los cuartos por el poder de sus delanteros" remarcó La Nación en su edición digital.