Cientos de aficionados y fiebres de los deportes de los motores dijeron presente y disfrutaron a más no poder la competencia.
Muchos llegaron desde muy temprano para agarrar un mejor campo e incluso para acomodar toldos y hasta parrillas.
“Estoy aquí desde las 8:30 (a. m.) y siempre que puedo me dejo venir porque soy un gran fiebre”, contó Roy Vargas.
Un atractivo que motivó a las personas a asistir ayer al Hipódromo de Cartago fue el buen clima que hubo todo el día.
Y sumado a esto, el orden que reinó en el evento.
“Hoy está mucho más lleno que en otras ocasiones, pero eso es porque también está mejor organizado todo”, mencionó el aficionado Verny Blanco.
Y es que, para muchos, el fanatismo no tiene límites y por eso hasta se animarían a conducir en el difícil circuito.
“Sería muy bonita la experiencia de conducir ahí adentro; ni siquiera lo dudaría para entrar a competir”, concluyó Juan José Martínez, otro fanático.