Es difícil decidir si sorprende más que el Oeste de la Nacional sea la división más mediocre, o que los Dodgers sigan en la pelea.
También es inusitado que los Gigantes, vigentes campeones, naveguen tan cerca del sótano con un rendimiento perdedor.
Parte de las explicaciones es que se trata de una llave muy competitiva. No es fácil llevar récord ganador cuando la mayoría de los partidos se juegan contra novenas como las de Los Ángeles, San Francisco, Arizona o incluso Colorado y San Diego.
Muchas de las grandes estrellas del beisbol viven en las cálidas tierras del oeste de los Estados Unidos y juegan en esta apretadísima división, donde apenas siete juegos y medio separan al líder del último lugar.
Los Dodgers aportan a Clayton Kershaw (primero en efectividad), los Rockies a Michael Cuddyer (segundo en porcentaje de bateo) y Carlos González (líder en jonrones); y los D-Backs a Paul Goldschmidt (líder de impulsadas), entre otros tantos astros de la Liga Nacional. Solo estrellas...
Además, ha sido una carrera muy emocional, con varios de estos equipos ascendiendo en momentos de inspiración. Siendo el más claro ejemplo lo de Los Ángeles con la chispa inyectada por Yasiel Puig, el súper novato sensación cubano.
En solo 33 juegos, el jardinero de 22 años se coló en la discusión por un boleto para asistir al próximo Juego de Estrellas.
Mientras que Arizona cuenta en el primera base Goldschmidt, un jugador candidateable para la triple corona de bateo.
Entretanto, en San Francisco es difícil discernir por qué a Buster Posey es al único al que le está funcionando el swing . Pero es de suponer que en el momento que alguien le acompañe en la producción ofensiva, el campeón estará listo para dar batalla.
Aquí el pronóstico es reservado, mas cualquiera de estos cuadros será una amenaza en octubre si es que llega inspirado.