Angélica Garita es una joven que se desenvuelve como la mayoría de las chicas de su edad a sus casi 22 años. Es estudiante universitaria, trabaja y está por casarse con el que asegura es el amor de su vida.
Cuenta con gran propiedad y entusiasmo a la hora de expresarse, por lo que a primera vista es difícil estimar que tan sólo 4 años atrás su residencia habitacional era un albergue para menores bajo la custodia del PANI, y que guarda las cicatrices de un pasado lleno de altibajos que le sirvieron de impulso para desarrollar la mujer que es hoy.
Para su suerte, no fue cualquier albergue el que la acogió luego de que a los 16 años decidiera abandonar su casa, junto a su hermana dos años menor que ella, a causa de los problemas intrafamiliares. Topó con la oportunidad de entrar a Hogar Siembra, un centro especializado en ayudar a muchachas adolescentes que se encuentran en condiciones de riesgo o son víctimas de violencia y abuso sexual.
Este centro privado cuenta con el aval del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Ministerio de Educación Pública (MEP) para atender las necesidades básicas de las adolescentes que recibe: desde proveerles un techo, vestimenta y comida, hasta facilitar los cuidados médicos, sicológicos, recreación, deportey educación técnica.
El Hogar es una asociación cuya labor es rescatar a niñas. El PANI les refiere los casos que reciben con el espíritu de que en sus instalaciones las jóvenes reciban un hogar junto a una atención integral y buscando no dejar ninguna necesidad por fuera.
A Angélica la recuerdan como un caso complicado, a causa de su carácter fuerte al llegar. Pero hoy mantiene estrechos lazos con el personal que la atendió, los considera su familia y reconoce su apoyo para desenvolverse en su vida adulta.
Al preguntarle si años atrás se imaginaba teniendo una vida como la que disfruta hoy respondió: "la verdad no, antes sentía que mi vida no tenía sentido, no pertenecía a ningún lugar y mucho menos sabía qué iba a pasar conmigo el día de mañana. Por eso es que puedo asegurar que mi paso por el hogar propició un cambio muy grande".
Angélica Garita. Fotografías: Graciela Solís.
Oportunidades únicas
Las 36 jóvenes que tiene como capacidad para albergar el centro a la vez, reciben también educación vocacional que les provea de herramientas para sostenerse económicamente una vez egresen al cumplir la mayoría de edad.
"Creemos en la educación como uno de los pilares fundamentales para que puedan integrarse adecuadamente en la sociedad y ahora con las nuevas instalaciones, tenemos lo necesario para realizarlo", aseguró Carmen Montero, miembro de la junta directiva en la inauguración de la ampliación del centro en San Rafael de Alajuela.
Este proyecto de 396 metros cuadrados cuenta con aulas y un auditorio, además de oficinas y servicios sanitarios. Esto fue una realidad gracias al aporte de patrocinadores particulares y a la empresa privada.
La ampliación de las instalaciones les permitirá brindar la capacitación técnica a las niñas y ayudarles a terminar de cursar sus estudios académicos. Las jóvenes cursan si bien la primaria o secundaria según sea su caso y gracias al nombramiento de profesores por parte del MEP para las materias básicas, se les facilita continuarlos durante su estadía en el hogar.
Además reciben clases de inglés, gastronomía, computación, manualidades y belleza, entre las herramientas que les ayude a resolver la situación laboral y económica una vez salgan de allí.
Ese es el caso de Luz Marina de 17 años que actualmente es parte del hogar y el pasado 8 de diciembre se graduó de manicurista profesional, uno de sus grandes sueños. Ahora la están preparando para cumplir su otra gran meta, ser diseñadora de modas.
"Tal vez en las condiciones en las que estaba antes no hubiera soñado con alcanzar mi sueño pero ahora siento que me han dado una segunda oportunidad de vida y me motiva a seguir luchando por lo que quiero", aseguró Luz. Ella tiene tres años en el hogar y entre su rutina semanal está trabajar, otro de los programas que ofrece el hogar.
Del Hogar a la sociedad
Desde conocer los detalles para visitar un banco, abrir una cuenta, usar un cajero automático, pagar recibos... hasta tener una práctica laboral, es parte del proceso de acompañamiento que brindan. Cuando las jóvenes van a cumplir 17 años entran a un sistema llamado 'Proyecto de vida' con el fin de recibir asesoría para reintegrarse exitosamente a una vida en el exterior.
La práctica laboral en muchas ocasiones también les genera un ahorro que se acumula y del que pueden hacer uso una vez egresen.
"Son demasiadas las herramientas que me han servido ahora y que aprendí en el Hogar. Desde lo más útil como pegar un botón y que ahora puedo ir a una entrevista de trabajo confiada y segura. Sin duda la seguridad y estabilidad emocional que acá dentro forjan en uno, es un pilar para desarrollarnos", relató Angélica recordando sus días en el hogar.
Bases que no han quedado atrás y que se evidencian hasta en el área emocional. Ella se comprometió con su novio y está por iniciar otra etapa diferente en su vida. Garita asegura que su paso por el hogar sirvió no solo para continuar satisfactoriamente con sus estudios, sino además para sanar heridas.
Para ella es un gran logro alcanzar la seguridad y buena autoestima, que le permiten elegir lo que desea para su futuro.
"Por esa seguridad, valor y respeto por uno mismo es que me di cuenta que no todas las personas son malas, aunque provengo de un hogar con un padre ausente, entiendo que no todos los hombres son malos. Es decisión de cada quién elegir con quién pasar el resto de su vida y puedo decir que ahora estoy junto a un gran hombre después de tres años juntos", contó Angélica.
En Hogar Siembra trabajan en todas las áreas para que puedan tener herramientas, desarrollar destrezas y romper así los ciclos de violencia, ociosidad, abandono y demás. Por esta razón, son muchos los casos de éxito similares a los de Angélica.
Generaciones rescatadas
"Hogar Siembra es un modelo exitoso que comparte una misión que yo tengo, que es brindar oportunidades reales a las mujeres para salir adelante, enseñanzas que nos duran toda la vida. El conocimiento no nos lo quita nadie y eso es lo que nos hace ser buenas mujeres y autónomas", expuso la vicepresidenta de la República, Ana Helena Chacón el día de la inauguración del centro.
En 1983 por una iniciativa de un grupo de mujeres que presidían un grupo de oración en el Centro Penal Juvenil en Santo Domingo de Heredia es que nació la asociación. Este grupo percibió la necesidad que tenían mayormente las mujeres con las que trataban de tener un encuentro espiritual y de desarrollarse en un ambiente distinto al de su origen.
Ellas tenían mayor probabilidad de inquirir en los delitos en los que estaban acostumbradas al regresar a sus casas, luego de cumplir con su condena. La mayoría, en su condición de violencia y pobreza, encontraba en los actos ilegales alternativas para subsistir. Esto motivó a este grupo de oración a alquilar una casa en Heredia con sus propios recursos, recibir a las primeras 6 mujeres y empezar un proceso donde ellas mismas les enseñaban a hacer queques, piñatas y otros oficios para que estas mujeres encontraran otro estilo de vida.
El Hogar Siembra se sostienen de patrocinios y padrinos además del aporte del PANI. También al año realizan tres actividades para recolectar fondos: Valoarte, Wine Sensations y Chefs & Sommeliers
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