Opinión

Letras de cambio

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El Estado costarricense está entrabado. Le cuesta un mundo hacer cualquier cosa, y cuando la hace, muchas veces sale al revés. Si no es la Asamblea Legislativa que se enmaraña en discusiones políticas, es el Ejecutivo que no ejecuta, o si no, alguna de las instituciones de control que frena los procesos. Lejos de ayudar a que el país se desarrolle, pareciera que el Estado se ha vuelto un lastre que no permite que avancemos más rápido.








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