Ventanas de vidrio enemigas de las aves

No mueren por romperse el cuello, como podría pensarse, sino por la hemorragia intracraneal que, en la mayoría de las ocasiones, no es evidente.

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Existe una tendencia creciente por utilizar grandes paneles de vidrio en los nuevos edificios. Un ejemplo es el Gran Hotel Costa Rica, el cual tiene en la parte superior toda una sección de vidrio.

En ocasiones, las aves vuelan a toda velocidad hacia los paneles de vidrio, como si no se percataran de que allí hay un objeto. ¿Por qué hacen esto? Podríamos decir que son víctimas de un engaño, pues el reflejo y la transparencia de los vidrios les hacen creer que se dirigen a un espacio abierto. Si bien las personas en ocasiones también nos golpeamos contra vidrios, esto no suele pasar de una situación algo vergonzosa, pero en cambio el golpe de un ave que vuela a gran velocidad le puede producir la muerte.

No mueren por romperse el cuello, como podría pensarse, sino por la hemorragia intracraneal que, en la mayoría de las ocasiones, no es evidente. Se cree que menos de la mitad de las aves que se golpean contra los vidrios sobreviven al golpe.

En 1990, el Dr. Daniel Klem Jr., investigador de Estados Unidos, calculó que entre 100 millones y 1.000 millones de aves podrían estar muriendo cada año, solo en ese país, cuando se golpean contra los ventanales. En nuestro país este problema también estaría causando millones de muertes de aves al año.

Ante la enorme cantidad de ventanas en la mayoría de las edificaciones del país, el problema puede parecer demasiado grande, pero lo cierto es que al optar por no hacer nada las muertes se seguirán dando, tanto en zonas rurales como en ciudades.

Emblemáticas. Desde el 2014, y en colaboración con muchas personas del grupo de Facebook de la Asociación Ornitológica de Costa Rica, así como de investigadores, voluntarios de otros sitios y estudiantes y profesores universitarios, hemos investigado este problema en el país y hemos identificado más de 200 especies de aves que se han golpeado contra vidrios. Entre ellas, aves tan emblemáticas como el quetzal, el pájaro campana, tucanes y muchas otras especies comunes, raras o amenazadas. La mayoría de reportes son de especies residentes, pero las especies migratorias también chocan con frecuencia.

En una ciudad como San José, las víctimas de colisiones pueden ser especies comunes como la paloma aliblanca, el yigüirro, la viudita y el comemaíz. En ocasiones, sin embargo, puede afectar a especies amenazadas, como el caso de un pájaro campana que chocó contra una ventana y fue encontrado en San Pedro de Montes de Oca. En setiembre y octubre las aves migratorias comenzarán a atravesar nuestro país en su viaje desde el norte y en esta época los reportes aumentarán por las reinitas, zorzales y otras aves migratorias que terminarán de esta triste forma su largo viaje. Finalmente, las aves rapaces que se alimentan de palomas podrían también tener “accidentes” al golpearse contra la nueva fachada de ventanales como el del Gran Hotel Costa Rica.

Soluciones. Colocar siluetas de aves o calcomanías espaciadas no es una solución eficaz, pues no se elimina el reflejo o transparencia y las aves se golpean aun junto a las siluetas. Lo ideal, entonces, es usar adhesivos como vinil microperforado, frost o sandblasting, que cubran la mayor parte posible del vidrio. Esos adhesivos deben situarse en la parte externa de las ventanas porque si los ponen detrás del vidrio no elimina el reflejo. Otros métodos aplicables son mallas, cedazo, cuerdas espaciadas a 10 cm entre sí u otro material que sea visible para el ave y cubra la mayor parte de la ventana.

Debo decir que la remodelación del Gran Hotel Costa Rica me ha servido para tocar este tema, pero podemos estar seguros de que la gran mayoría de las especies afectadas no están en la ciudad, sino en áreas rurales, pues allí es donde suelen encontrarse las más de 600 especies residentes que habitan en Costa Rica y por las que nuestro país es un destino de “aviturismo” reconocido.

Por todo esto, es necesario que los arquitectos y usuarios conozcan esta situación y trabajen en el diseño de edificaciones seguras para las aves, así como hay que buscar soluciones creativas que sean del gusto de todos.

La autora es profesora e investigadora de la Universidad Estatal a Distancia y presidenta de la Asociación Ornitológica de Costa Rica.