Respecto al Proyecto de Ley de Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico, me manifesté a favor, pero, además, propuse ampliar sus alcances, de manera que muchos más costarricenses puedan beneficiarse al acceder a más alternativas de movilización que signifiquen un avance.
El tema de “aire limpio” es algo que me motiva. Desde nuestro despacho trabajamos, en conjunto con la Universidad Earth, en capacitar a representantes de las municipalidades del occidente de Alajuela para certificar áreas como carbono neutral.
Lograr construir una posición sobre este y otros asuntos nos exige estudio y reflexión. Esto no es distinto a otras posiciones que he sostenido con sectores empresariales, sindicales, religiosos, comunales o políticos. Siendo diputado de la República debo atender a todos porque escucho a todos, difiera o no de las posiciones que me presenten.
Sostener reuniones con la gente es la obligación de un legislador, así lo hice cuando discutimos la reforma procesal laboral, escuché a empresarios y sindicatos; o con proyectos de infraestructura, al reunirme con la Cámara de la Construcción.
El tema de vehículos eléctricos mueve a diversos grupos, sean empresarios o grupos ambientalistas preocupados por los efectos de los combustibles fósiles en la huella de carbono.
Incluso el Dr. Franklin Chang me presentó su propuesta de energía a partir del hidrógeno. Todos han sido atendidos y los aspectos más relevantes los he considerado a la hora de legislar; de eso se trata ser un legislador accesible y responsable.
Mi posición es lograr un impacto mayor en la disminución de las emisiones de carbono, dando incentivos a las opciones de tecnologías limpias que ya existen.
Considero que puede ser erróneo optar por los vehículos eléctricos como única y exclusiva alternativa, por ello propuse incorporar en el texto, además de los vehículos eléctricos, los híbridos de rango extendido, híbridos recargables e híbridos eléctricos convencionales, así como los que utilizan hidrógeno o que recargan sus baterías con energía solar. Pero con incentivos diferenciados que premian más a los que tienen más bajas emisiones.
Texto sustitutivo. Consciente de la necesidad de procurar una mejora en el proyecto, con el respaldo de 24 diputados presenté un texto sustitutivo, retirando las mociones presentadas para dar paso a un documento integral de mayor consenso.
Se introdujo el concepto de tecnologías limpias y se describen los vehículos con esas características. La propuesta es que los incentivos fiscales cubran todas las tecnologías limpias de manera diferenciada.
El impuesto selectivo de consumo y el impuesto sobre las ventas, por ejemplo, quedarían en tasa cero, excepto para los híbridos-eléctricos convencionales, cuyo pago de impuestos será un 5% y un 8% respectivamente.
Las cuestiones sobre construcción y operación de los centros de recarga se ampliaron para las empresas productoras y distribuidoras de electricidad que ya existen, incluido el sector privado que quiera brindar esta posibilidad.
En los repuestos, se fijó la exoneración de impuestos únicamente a las baterías, por ser el corazón en los vehículos limpios.
Mantenemos que se elimine la restricción vehicular; además, se propuso la rebaja del 25% del impuesto a la propiedad de vehículos, que viene integrado en el cobro del marchamo si utilizan tecnologías limpias.
El tiempo de vigencia de la ley aumentaría a ocho años o 250.000 vehículos, algo más que la idea original, que es de cinco años o 150.000 vehículos. Lo que todos queremos es más aire limpio; esa es una ruta que no tiene marcha atrás.
Otras energías. Queremos mitigar los efectos de los hidrocarburos en el transporte, pero queda la mesa servida para pensar en grande y proponer soluciones para reducir de manera significativa el uso de combustibles fósiles en otras áreas y profundizar los avances en materia de producción de energía eléctrica a partir de la geotermia, paneles solares y la generación eólica.
Construir acuerdos y tomar decisiones es lo que me ha caracterizado a lo largo de mi vida. Nuestro país enfrenta grandes desafíos, las circunstancias nos imponen retos y nos obligan al diálogo y a la interacción de los diferentes sectores para que juntos logremos soluciones.
Ese es el norte que me guía en la Asamblea Legislativa y del cual nada ni nadie me va a desviar. Nunca claudicaré en lo que creo es lo mejor para el país.
El autor es diputado del PUSC.