Quienes de alguna manera apoyamos y, tal vez, ayudamos al Frente Sandinista en su lucha por liberar a Nicaragua de la dictadura de los Somoza no podemos menos que sentir una gran desilusión por lo ocurre desde hace varios años en esa nación y, principalmente, en días recientes.
La dictadura somocista era despreciable e inaceptable para los que creemos en la libre determinación de los pueblos y los derechos de todo ser humano de escoger a sus gobernantes y disfrutar una vida digna en democracia.
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Siempre, después de un triunfo revolucionario, queda la duda si los triunfadores respetarán el derecho de los ciudadanos. Lamentablemente, a veces no sucede así. En cuanto a Nicaragua, me llenó de gran satisfacción y tranquilidad el hecho de que después del primer gobierno de Daniel Ortega, en un proceso libre, ganó la presidencia Violeta Barrios de Chamorro, y el traspaso de poder se llevó a cabo ordenada y justamente.
El desempeño del régimen Ortega-Murillo y lo sucedido recientemente me colman de dolor y frustración al ver que los principios por lo que tantos nicaragüenses dieron su vida, e incluso algunos costarricenses, están siendo vulgarmente desconocidos y violados.
La intromisión en el Poder Judicial y el Ministerio Público durante el proceso electoral es la más clara muestra de que la semilla del totalitarismo ha germinado con fuerza.
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El arresto arbitrario de los candidatos a la presidencia en oposición al régimen Ortega-Murillo denota prepotencia y debilidad a la vez. Prepotencia, porque creen que pueden hacer lo que deseen sin consecuencias; y debilidad, porque sienten que, en unas elecciones libres y transparentes, el pueblo de Nicaragua les dará la espalda.
No fue por esto por lo que se luchó. Inspirados en el espíritu de Sandino, que quería una patria libre, se peleó contra Somoza, y es muy triste ver que la historia se repite.
Sandino fue traicionado y asesinado, y sus ideas y anhelos de una patria libre han sido nuevamente traicionados, esta vez, por quienes se suponía estaban llamados a preservarlos.
El autor es abogado.