El cierre de Parque Viva ha sido una grave bofetada a nuestra institucionalidad, a nuestra, hasta ahora, sólida democracia, siendo uno de sus bastiones la libertad de expresión, y está manifestada por el aporte que nos brinda la prensa en todas sus formas de opinión.
Hay que tener presente que nuestra democracia no está representada por un símbolo enchapado en oro, nuestra democracia es oro sólido y es, entre otros medios, gracias a un sistema judicial firme, consistente, que puede garantizar su permanencia al emitir sus criterios, a través de acertadas sentencias, que se promulgan cuando se cierne una amenaza de mancillar ese valioso baluarte, que no debe menoscabarse.
Sus criterios, sustentados en el bloque de legalidad, deben ser la respuesta para sostener y fortalecer ese bien jurídico que se puede ver amenazado.
El cierre de Parque Viva por parte del Poder Ejecutivo ha sido sancionado por la Sala Constitucional mediante la sentencia emitida el 21 octubre del 2022, bajo el número 2022-025167 en cuyo por tanto, entre otros detalles, consideró que ese cierre, por las circunstancias en que se produjo, fue una violación indirecta a la libertad de prensa, concepto que muchos cuestionan, pero que se trata de un principio contemplado en la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 13.3, y es así como quedó claro que la Sala Constitucional no se “sacó de la manga” tal concepto para sustentar su sentencia.
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Debemos celebrar lo resuelto por los magistrados constitucionales, por hacer valer uno de los bastiones que orgullosamente sostienen nuestra inveterada democracia: la libertad de expresión, utilizada por la prensa nacional en sus diversas manifestaciones.
A veces se confunde la valentía con la temeridad, pero cuando se trata de asuntos tan delicados, debe tenerse en cuenta que tomar medidas que rozan los linderos de la arbitrariedad, conduce a consecuencias que pueden ser funestas para la institucionalidad del país, y eso, no se vale. Y si de cumplir las promesas de campaña se trata, también es de prudentes y sensatos hacer valer aquellas que vayan en beneficio del país y de la ciudadanía, que sean ideas y propuestas de altura, y no amenazas sin sentido ni discursos sin orden ni concierto.
La autora es abogada.