Los cultivos mejorados genéticamente, o transgénicos, han sido desarrollados por medio de técnicas de biotecnología moderna que permiten de forma dirigida y con mucha precisión, mejorar los alimentos (vegetales, cereales) a través de la introducción de características nuevas. Su fin es obtener beneficios en particulares agronómicas (resistencia a plagas, herbicidas) aumentar la calidad nutricional y la tolerancia a condiciones adversas del cambio climático como alta salinidad de los suelos, metales pesados o sequías.
En los últimos meses, se ha generado polémica en torno a la bioseguridad ambiental en el manejo de las pruebas de campo de estos cultivos, sobre todo de algunos grupos ambientalistas. Estos cultivos han sido estudiados como no se ha hecho con ningún otro producto convencional, tanto en relación con sus posibles riesgos para la salud humana, como en cuanto a su impacto en el ambiente. Se han establecido protocolos y comisiones técnicas de bioseguridad (CTNBio) conformadas por expertos (científicos) y tomadores de decisión que se encargan del análisis de la documentación presentada (análisis de riesgo) para emitir un criterio sobre el cual se apruebe o rechace la solicitud de uso agrícola.
Legalmente hablando y por fortuna, CTNBio no es un órgano colegiado, sino que sus atribuciones están descritas en el Reglamento 26921-MAG. El no estar vinculada con un sistema colegiado y regulado por la Ley de Administración Pública, le permite ser independiente de intereses políticos y económicos. Las “votaciones” no existen en esta Comisión, debido a que su obligación es la de compilar un dictamen técnico favorable o desfavorable y entregarlo a las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para que tomen una decisión.
La discusión en torno al tema de los organismos genéticamente modificados, más conocidos como transgénicos, está adoptando un tono más político y pasional de movimientos a favor y en contra, con intereses particulares. A pesar de ello, la CTNBio no está a favor ni en contra. Por el contrario, busca tener una posición objetiva basada exclusivamente en hechos y datos científicos y técnicos reales, de tal manera que se puedan identificar y manejar posibles eventualidades.
Esta tarea de la CTNBio no es sencilla, pues para quien adopta posiciones extremistas a favor o en contra, siempre será posible atacar y utilizar falacias para desacreditar el análisis técnico, sin siquiera haber leído el expediente técnico y argumentando comportamientos monopolísticos, mal uso de agroquímicos, corrupción y cuanto argumento sea posible con el fin de ocasionar miedo a favor o en contra.
Mitos y realidades. Protección de las variedades criollas, orgánicas y tradicionales:
para que el polen del maíz mejorado se “mezcle” con el criollo, es necesario que exista un traslape de floración durante los 10 a 15 días que dura la floración. Sin embargo, la época de siembra de maíz en la Región Chorotega se circunscribe a las épocas de lluvia, mientras que la época de siembra del maíz genéticamente modificado se realizaría en verano y bajo riego (cosecha en abril); es decir, no coinciden en floración.
La literatura destaca que la distancia máxima donde existe evidencia de polinización es de alrededor de 1000 metros, con un porcentaje de tan solo un 0,2%; es decir, dos de cada 1000, debido a que el polen es muy pesado. Sin embargo, el polen se deshidrata rápidamente en condiciones de verano y, por tanto, pierde su viabilidad al alcanzar una humedad del 0,1%. Los datos meteorológicos confirman la escasez de lluvias en febrero, marzo y abril, época de siembra del maíz mejorado.
Problemas en las abejas: la proteína Cry3Bb1 en MON 88017 es de 25 ìg/g de peso seco en polen. Los datos experimentales indican que no existe efecto aún en dietas a concentraciones mayores a 360 ìg/ml en adultos y 1790 ìg/ml en larvas de Apis mellifera. Es decir, que aunque existiese 18 y 80 veces más la concentración de la proteína, no existirían efectos adversos en las abejas. La concentración de Cry1A.105 y Cry2Ab2 en polen de MON 89034 es de 8,8 y 0,47 ìg/g de peso fresco. Según lo reportado en la literatura científica, aún a concentraciones de 1100 ìg/ml y 100 ìg/ml no se observaron efectos en larvas ni en adultos.
Sobre obstáculos comerciales en Europa: los eventos MON 88017, MON 89034 y MON 603 cuentan con las autorizaciones de consumo animal y humano de la Comunidad Económica Europea desde el 2009 y el 2004 en el caso de MON 603. En caso de presencia de polen, este debería ser mayor a 0,9% para exigir etiquetado. A pesar de ello, no existen registros de exportación de polen o miel desde la zona de producción. En caso de darse, la concentración de polen es muy baja; difícilmente alcanzaría el 0,9% si se considera el panal como un repositorio de polen total, y el control de insectos durante la época de floración es una exigencia por parte de la CTNBio. Aspectos socioeconómicos: se destaca que más de 200 familias costarricenses dependen de empresas productoras de semilla genéticamente modificada, empresas que son de capital nacional y extranjero.
Sobre consideraciones de salud, se realizó una evaluación de la información y no existe evidencia científica de que el cultivo del maíz represente un problema para la salud del agricultor. Artículos como el de Seralini (presidente de un grupo adverso a los cultivos transgénicos) fueron evaluados y descartados, por su poca calidad científica demostrada por otras agencias de Gobierno a nivel internacional.
De esta forma, se puede asegurar que Costa Rica ha sido líder y marco de referencia a nivel centroamericano en establecer un cuadro regulatorio en bioseguridad, desde los años noventas. Este tiene su fundamento en una serie de leyes y reglamentos que funcionan de forma conjunta para garantizar la seguridad para la salud y el ambiente en el manejo de los cultivos mejorados genéticamente.
Asimismo, se ha hecho una gran inversión estatal y privada en esta área, lo que le permitió a Costa Rica posicionarse en la región como uno de los primeros países con fortalezas en materia de bioseguridad y de investigación en ingeniería genética en centros nacionales de investigación. Cualquier intento de restringir o prohibir dicha actividad pondría en riesgo esa inversión, afectaría la generación de nuevo conocimiento para la toma de decisiones y el liderazgo alcanzado en el campo privándonos de los beneficios de esta prometedora tecnología.