Guiones y Pelada, playas localizadas en Nicoya, están en peligro de sufrir un cambio irreversible. Su belleza natural e importancia ecológica y económica se ven amenazadas por dos razones: el artículo 26 de la Ley 9348 del Refugio de Vida Silvestre Ostional, aprobada en marzo, y la zonificación propuesta por el Sistema Nacional de Área de Conservación (Sinac) en el Plan General de Manejo de dicho refugio, presentada en agosto del 2014.
La Ley 9348 protege, mediante un sistema de concesiones, a cientos de familias de Ostional de un eventual desalojo y reubicación, una medida necesaria considerando que estas personas estaban ahí mucho antes de la creación del refugio y, más aún, por su rol activo en la conservación de la tortuga lora.
La comunidad de Ostional aprovecha, de forma controlada, los huevos de las primeras tortugas que salen a desovar durante el fenómeno de arribada, ya que estos serían destruidos por la posterior anidación de cientos, incluso miles, de tortugas marinas. Esta actividad genera ingresos a toda una comunidad y, a la vez, sus beneficiarios se encargan de proteger el hábitat de reproducción de esta especie: un verdadero modelo de manejo sostenible de los recursos naturales.
Según datos de la Universidad de Costa Rica, el número de tortugas que llegan a desovar a playa Ostional ha ido en aumento, lo que demuestra una relación de mutuo beneficio. Sin embargo, el artículo 26 de esta ley, sobre el uso del suelo en terrenos de propiedad privada, así como la zonificación que propone el Sinac abren un portillo que permitiría la construcción de nuevas estructuras en más de 100 propiedades privadas que colindan con los 200 metros frente al mar, desde río Montaña hasta Punta India, lo que representa el 40% del área terrestre protegida.
Retroceso. Esta alteración excesiva del refugio beneficiaría a unos pocos en perjuicio del medioambiente, la economía local y la mayor parte de la población, y se daría no uno, sino varios pasos atrás en la consolidación de una comunidad modelo sostenible por la que los residentes hemos trabajado durante años.
El plan general de manejo del refugio omite información esencial con la que se justificaría la protección de este sector. No menciona BarriGuiones, un proyecto que ha llevado a cabo cinco campañas de reforestación en la franja de bosque costero, desde el 2011, y con el que se logró la siembra de 15.000 árboles, entre ellos 40 especies amenazadas o en extinción.
Tampoco se refiere al proyecto TortuGuiones, que con la ayuda de más de 100 voluntarios y una demarcación de toda la playa, cada 50 metros, a la fecha reporta más de 100 avistamientos de tortugas entre las playas Guiones y Pelada.
Ambos proyectos, liderados por organizaciones ambientales y apoyados por cientos de voluntarios de la zona, han sido la respuesta de la comunidad para proteger y recuperar los recursos naturales del área, lo que demuestra la dinámica cooperación de los habitantes con el Sinac ante la restricción de recursos y personal que sufre esta entidad.
Zona turística. Además del valor ecológico, esta barrera natural tiene un importantísimo valor económico para la comunidad de Nosara. La belleza natural de sus playas, sin edificaciones privadas frente al mar, es uno de los atractivos que buscan los casi 50.000 turistas de alto poder adquisitivo que llegan año tras año a esta zona rural alejada y de difícil acceso.
Nuestra propuesta para proteger Guiones y Pelada señala incluir como “elemento focal de manejo” (EFM) dentro del plan del refugio, la protección del hábitat de reproducción de la tortuga marina (y no solo la playa de arribada como lo establece el plan actual), así como el bosque costero en recuperación, ambos objetivos primordiales del refugio.
De esta manera, esperaríamos que dentro de la zonificación del plan, la barrera natural de 200 metros en las playas Guiones y Pelada pasen a formar parte de una zona de mínima o nula intervención humana, de forma que se eviten nuevas construcciones.
Si bien la Ley 9348 propone un sistema de manejo en concordancia con las nuevas tendencias globales de interacción armónica ser humano-medioambiente, también permite la alteración excesiva del uso del suelo dentro del refugio, lo que crea un precedente que pone en jaque a otras áreas de conservación.
Si los costarricenses no luchamos por las áreas que ya han sido protegidas por ley, ¿qué futuro les espera entonces, a los recursos naturales de nuestro país?
Jéssica Sheffield Zamora es experta en manejo de recursos naturales del Comité de Bandera Azul Nosara
Ethel Araya Chaves es economista, vicepresidente Asociación Cívica de Nosara
Francisco Jiménez González es geógrafo de la Asociación Cívica de Nosara