Página quince: Mujeres que Salvan Vidas en peligro de desaparecer

Cientos de mujeres y hombres con cáncer de mama se verán afectados porque no recibirán acompañamiento de los navegadores que conforman el grupo

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En virtud de las vicisitudes por la pandemia, no es prioridad de las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social que el programa Mujeres que Salvan Vidas continúe trabajando.

Es una lástima que una iniciativa tan loable y positiva sea dejada de lado. Son cientos de mujeres y hombres con cáncer de mama en los hospitales que se verán afectados porque no recibirán el acompañamiento que brindamos las voluntarias y un hombre voluntario.

Costa Rica es el país con la tasa más alta de pacientes sobrevivientes de cáncer de mama en América Latina y no me cabe la menor duda de que servicios como los prestados por nuestro programa contribuyen a que la atención sea oportuna y eficaz, como hasta la fecha.

Como voluntaria y convencida de los beneficios del programa, solicito a las autoridades reconsiderar mantener el apoyo para que podamos seguir sirviendo a quienes más lo necesitan en su momento de vida más vulnerable.

Mujeres que Salvan Vidas Programa de Navegación surgió en el 2013. Un grupo de mujeres voluntarias y un voluntario nos encargamos de guiar a las personas con cáncer de mama en su recorrido por la red de servicios en los hospitales públicos, a fin de ayudarlas a superar las barreras que impiden recibir un tratamiento de calidad. Por ejemplo, las listas de espera, la burocracia institucional, la falta de recursos y de información, para así obtener una atención temprana y eficiente.

Contacto permanente. Nuestra labor va mucho más allá de la definición anterior. También es acompañar físicamente a los pacientes en las citas, en muchas ocasiones, estamos presentes cuando les dan el diagnóstico de cáncer, o bien, los llamamos por teléfono cada mes para preguntar por su estado de salud o recordarles las citas.

En esos momentos de encuentro, respondemos dudas e incluso servimos de enlace para cambiar alguna cita o realizar una gestión en los hospitales, sobre todo a quienes viven en zonas muy alejadas.

Podemos decir que el objetivo principal de estar junto a los pacientes durante el tratamiento se materializa en cada encuentro presencial o telefónico.

El programa se acomodó a las circunstancias impuestas por la pandemia. Es fácil imaginar que cuando se está en un proceso de tratamiento contra el cáncer la covid-19 genera aún más inquietud en los diagnosticados, especialmente porque los tratamientos o cirugías deben seguir y la situación sanitaria hizo que se atrasaran y se tornó más complicada la atención.

Sin embargo, quienes están en el programa recibieron todos los meses una llamada y las voluntarias y el voluntario les preguntamos sobre su estado de salud, su situación física y emocional. Así, sintieron cercana la relación con el hospital.

El compromiso de quienes trabajamos en Mujeres que Salvan Vidas contribuye al proceso integral de atención médica, crea lazos y ofrece escucha, haciendo sentir a los pacientes importantes, pero, sobre todo, atendidos.

Ayuda humanitaria. El programa es hoy por hoy un brazo de apoyo muy necesario para el sistema de seguridad social y un vínculo fundamental para quienes están en tratamiento.

Yo soy navegadora desde el 2017, orgullosamente en el Hospital San Juan de Dios. Como suelen ser las actividades de voluntariado, se supone que la que brinda ayuda, guía y acompañamiento es la persona que lleva a cabo el trabajo activo; sin embargo, como lo hemos experimentado mis compañeros y yo, es a la inversa.

Después de más de tres años de labor puedo decir que también me beneficio. Acompañar o llamar a los pacientes con el fin de que se sientan cuidados ha sido sumamente enriquecedor.

La enfermedad, los tratamientos tan duros o sencillamente el efecto de los medicamentos a los que hacen frente las personas me enseña el amor por la vida, la lucha constante, la esperanza y, primordialmente, a ser agradecida y disfrutar de las cosas más pequeñas de la vida.

Como se desprende de lo que detallo, Mujeres que Salvan Vidas es un proyecto ganar-ganar, es decir, todas las partes involucradas obtenemos algo.

Ganan los pacientes, porque se sienten atendidos y protegidos; gana el sistema de seguridad social porque nuestra labor acerca su atención a las personas necesitadas de ella; agiliza el trabajo cuando se presentan barreras que retrasan la atención; y ganamos los voluntarios, porque sirviendo dejamos nuestra huella.

Esperamos seguir muchos años más, si la gerencia médica de la Caja Costarricense de Seguro Social lo permite.

mariacu@yahoo.com

La autora es navegadora.